Hello, my friends.
As always, it's a great pleasure to participate in this community's contests. I also really enjoy participating with posts that aren't related to these contests. With this, I'm partially answering the question left by our friend @joanstewart for this week #262.
In other words, one of the things I do to take care of my mental health in this constantly changing world is write. Writing is one of the few constants I have in life.
Just as dancers and gymnasts keep their gaze fixed on a point while they spin, my fixed point is literature. Writing de-stresses me; it keeps me sane. I can be stressed, worried, or overwhelmed by something, and when I sit down to write, I just let it all out onto the blank page. It's like a form of exorcism, a mini-therapy session.
In fact, there are some practices in psychology that are related to writing. Perhaps not to fiction writing, but certainly to the act of writing and putting what we feel onto paper.
That's why I've never considered writing as work. Yes, it's my job, it's how I make a living, but when I write, I don't consider myself to be working.
I don't have that stress of saying, "I have to work today," and sitting for eight hours behind a desk in an office. No. Not at all. That's the advantage of art, as far as I see it.
Perhaps other artistic expressions, like actors, for example, see it differently. Maybe it's because I don't need to interact with or depend on other people to do my "work."
But even if I did, I could detach myself from it. I remember when I worked as an accountant (I have a degree in accounting and finance), as soon as my workday ended, I disconnected from work and left it there, in the office.
I never took work home, neither physically nor mentally.
I didn't do it consciously to protect my mental health, but rather because I didn't want to end up like other colleagues who were always bitter about the amount of work they did each day, even at home.
I didn't work after 4:00 pm.
But I left accounting a few years ago.
I decided I would only work on what I enjoy, what gives me pleasure, and what doesn't steal quality time from my life. That's my philosophy of life, and writing is an essential part of living it.
Versión en español
Hola, amigas mías.
Como siempre, es un enorme placer participar en los concursos de esta comunidad. Incluso, también me place mucho participar con publicaciones que no tengan que ver con estos concursos. Con esto estoy respondiendo, en parte, a la pregunta dejada por nuestra amiga @joanstewart para esta semana #262.
O sea, una de las cosas que hago para cuidar mi salud mental en este mundo en constante cambio, es escribir. Escribir es una de las pocas constantes que tengo en la vida. Al igual que los bailarines y gimnastas mantienen la mirada en un punto fijo mientras giran, mi punto fijo es la literatura. Escribir me desestresa, me mantiene cuerdo. Puedo estar estresado, preocupado o agobiado con algo, que cuando me siento a escribir, lo suelto todo en la hoja en blanco. Es como una forma de exorcismo, una mini terapia. De hecho, hay algunas prácticas en la sicología que están relacionadas con la escritura. Quizás no con la escritura de ficción, pero sí con el acto de escribir y plasmar lo que sentimos en el papel.
Por eso nunca he contado al hecho de escribir como un trabajo. Sí, es mi trabajo, de eso vivo, pero al escribir no me considero trabajando.
No tengo ese estrés de decir “hoy tengo que trabajar” y estar ocho horas sentado detrás de un buró en una oficina. No. Para nada. Esa es la ventaja del arte, hasta donde yo lo veo. Quizás otras manifestaciones artísticas, como los actores, por ejemplo, lo vean de otro modo. A lo mejor, es porque yo no necesito interactuar o depender de otras personas para realizar mi “trabajo”. Pero, aunque tuviera que hacerlo, pudiera desprenderme de él. Recuerdo como cuando trabajaba como contador (soy graduado de contabilidad y finanzas), en cuanto terminaba mi jornada laboral, desconectaba con el trabajo y lo dejaba ahí, en la oficina. Nunca me llevé trabajo a la casa, ni físicamente ni mentalmente. No lo hice con la consciencia de cuidar mi salud mental, sino que no quería terminar como otros colegas que siempre andaban amargados por la cantidad de trabajo que realizaban en el día, incluso, en su casa.
Yo, después de las 4:00 pm, no trabajaba más. Pero ya dejé la contabilidad hace unos cuantos años atrás. Decidí que solo trabajaría en lo que me gusta, lo que me da placer y no me roba tiempo de calidad en mi vida. Esa es mi filosofía de vida y, escribir, es una parte esencial para llevarla a cabo.