
A ver, vamos a ser claros y directos, como siempre. Cuando llegó Boku no Hero Academia, BokuHA para los amigos, o My Hero Academia, da igual el nombre en 2016, todo el mundo estaba con el hype por las nubes. Que si el heredero de Dragon Ball, que si el Shonen del siglo. La primera temporada era la prueba de fuego, y ahora, con perspectiva, vamos a destriparla sin filtros y al estilo que me caracteriza, analizando cada fibra de esta introducción a un universo que prometía y cumplió, pero no sin sus peros.

La premisa, es brutalmente simple, y por eso funciona como un tiro, un mundo donde el 80% de la población nace con un Quirk, don, singularidad, superpoder, llámalo como quieras. Y claro, con tanto poder suelto, salen héroes y villanos como champiñones. La policía es casi anecdótica en primera línea, aquí mandan los profesionales con capa y antifaz, los que tienen los poderes para enfrentarse a las amenazas más grandes. Es una sociedad estructurada alrededor de la fuerza y la moralidad de los héroes, y la verdad es que si no encajas, te quedas fuera.
Pero el protagonista, Izuku Midoriya, o Deku, es la excepción que te revienta la cabeza. El chaval nace sin nada, e este mundo, es como nacer sin brazos en una carrera de obstáculos, un don nadie, un bicho raro, carne de cañón para el acoso y la marginación. Pero, coño, tiene una obsesión que roza lo enfermizo y que es el motor de toda la historia, quiere ser un HÉROE, el mejor de todos, el que salve a la gente con una sonrisa. Es el sueño americano del superhéroe, pero en Japón, con más drama y una carga emocional brutal. Es la historia del que parte desde lo más bajo y se niega a aceptar su destino.
Y aquí es donde entra la figura del símbolo de la paz, el más grande, el All Might. Este tío es la leyenda, el más fuerte del planeta, el pilar sobre el que descansa la estabilidad de la sociedad. Un tipo que, por dentro, está hecho una mierda, consumido por sus batallas y su propio poder. All Might, viendo la determinación suicida del chaval, esa llama inquebrantable que Deku posee a pesar de su debilidad física, le confía su secreto, su poder, el One For All, no es un Quirk cualquiera, se puede heredar, se puede pasar de persona a persona, acumulando la fuerza de sus predecesores. Y sí, se lo enchufa al Deku.

la primera temporada es el inicio de este viaje. Es la fase rocky de Midoriya, pero con esteroides y huesos rotos, entrenar hasta vomitar, reventarse el cuerpo para poder aguantar un poder que le está quedando enorme, que lo destroza cada vez que lo usa. Es la introducción a un universo que se intuye gigantesco, lleno de peligros y muy oscuro, un mundo donde la luz de los héroes tiene que combatir una sombra que se extiende.
Si algo hace bien este anime es presentarte a una putada de personajes que no te dan respiro, que se sienten vivos y con sus propias motivaciones desde el minuto uno. No es solo Deku y All Might, aunque ellos sean el eje central. Aquí hay tela que cortar y un elenco secundario que, incluso en esta T1, ya te deja con ganas de ver cómo van a evolucionar

Bakugo, el rival que es más molesto que un dolor de muelas. El típico matón de instituto llevado al extremo, con un Quirk brutal de explosiones y un ego que no le cabe en el cuerpo. La relación de Deku con este tío es absolutamente clave en la T1 es un amor odio brutal, de respeto subyacente y de quererse matar a golpes. Kacchan es el catalizador de Deku sin poderes, el que lo insulta, lo menosprecia, pero también el que le da un motivo para superarse, para demostrarle al mundo que no es un inútil. Representa la excelencia natural que Deku tanto anhela.
Ochako Uraraka, la típica chica mona, amable y de buen corazón, que te cae bien al instante. Su poder es la gravedad cero. Cumple su puto papel de apoyo emocional, de sidekick que humaniza a Deku y le da un ancla de normalidad y amistad en medio de los problemas. Su motivación para ser heroína, más allá de la fama, es puramente económica para ayudar a su familia, lo cual le da un toque de realismo y humildad que contrasta con las motivaciones más idealistas.

Todoroki, el serio, distante y con una historia de mierda que ya se empieza a intuir. Hijo de otro héroe top, Endeavor, el número 2 después de All Might. Este tío te lo presentan como el prodigio, una bestia parda con un Quirk doble de hielo y fuego. Su historia familiar, aunque solo la pincelan con dolor y resentimiento en esta T1, se intuye que va a ser dinamita y una de las subtramas más interesantes de todo el anime.
La T1 se centra, sobre todo, en el examen de ingreso a la U.A., la escuela de héroes más prestigiosa de Japón. Y es en esa parte, en la presentación de sus compañeros de clase como Iida, Tsuyu y Kirishima, en las primeras pruebas de entrenamiento, donde te das cuenta de que no es solo un anime de peleas espectaculares es un drama adolescente con superpoderes, con los típicos miedos, inseguridades y amistades que se forman en la escuela, pero elevado a la enésima potencia por la presión de ser un héroe.
En cuanto a la animación, aquí hay que quitarse el sombrero y hacer una reverencia. Studio Bones hizo un trabajo brutal, de una calidad que te deja con la boca abierta para ser una primera temporada. Las peleas, sobre todo el final de la temporada , que es la invasión de la USJ, son un jodido espectáculo visual de principio a fin. El uso de los Quirks es dinámico, creativo, y se siente el poder. La velocidad, la destrucción, los golpes que duelen de verdad. Se siente el impacto, la fuerza bruta que tiene este universo y la desesperación de los héroes. No es solo un anime bien dibujado, es uno que te revienta los ojos con la acción más fluida y excitante.

El final en el arco de la USJ, con la aparición inesperada de los villanos liderados por el misterioso y perturbador Tomura Shigaraki, es lo que le da la seriedad a la temporada. Te hacen ver que esto no es solo un examen, no es un juego de niños, sino que hay enemigos reales esperando para destrozar el mundo y a los héroes. Y la pelea de All Might contra el Nomu, es el momento épico que todos estábamos esperando. Se siente la desesperación, el último aliento de un héroe que se está consumiendo, que lo está dando todo por proteger a los niños.
Pero, como siempre, no todo es de color de rosa y explosiones. Hay cosas que me chirrían y que, aunque sé que mejoran, en esta T1 se notan.
El salto de Midoriya de ser un cero a la izquierda, un don nadie, a recibir el poder del héroe más grande en cuestión de minutos y a empezar a usarlo aunque sea de forma autodestructiva es un poco de traca. Entiendo el simbolismo, la herencia, la voluntad, pero a veces la historia de la superación se siente atropellada por la necesidad de que el prota tenga el poder ya para que avance la trama. Aunque justificado por el propio All Might, un proceso un poco más lento habría permitido saborear más su frustración inicial.

Tomura Shigaraki es un personaje interesante por su nihilismo, su inmadurez y su perturbadora obsesión con All Might, pero en la T1 es más un chaval frustrado y pataletas bajo la guía de una figura más grande All For One que un cerebro criminal. La Liga de Villanos se siente como un grupo de pandilleros descoordinados, casi amateurs, que solo buscan generar caos sin una estrategia clara. Necesitan más profundidad, más motivación real, no solo ser los malos porque sí o por resentimiento genérico. Esto, evidentemente, mejora una barbaridad en temporadas futuras.
Aunque tiene sus momentos oscuros y crudos como la escena de All Might al límite o la introducción de los villanos, la T1 a veces se queda mucho en el rollo escolar, en las clases, en la dinámicas de pasillo y en las bromas tontas. Necesita más tensión constante, más peligro de muerte y consecuencias duraderas, que te recuerde que, , si la cagas, la palma alguien de verdad, no solo te rompes un brazo. Es el Shonen típico al principio, pero las bases para un drama más intenso ya están ahí.
En resumen, la primera temporada de Boku no Hero Academia es una carta de presentación cojonuda y explosiva. Te mete de lleno en el universo de los héroes, te presenta a un protagonista con una determinación que te revienta la cabeza y te deja con ganas de mucho, mucho más. El punto fuerte es la acción brutal, la animación espectacular y un elenco de personajes con un potencial tremendo. El punto débil es un desarrollo inicial de villanos que se queda un poco corto y un tono que, a veces, tarda en encontrar su equilibrio entre la comedia escolar y el drama de superhéroes.
Es el inicio prometedor de un shonen moderno que, a la postre, se ha consolidado como uno de los grandes. Mi nota es un buen y merecido 8/10
Tráiler by Toho animation
https://youtu.be/-jBRnSVaGmI?si=VEzgaThdwpzwyg66
Information
| Creador | Kohei Horikoshi |
|---|---|
| Género | acción, ciencia ficción, drama, superhéroes |
