Madre; el vacío penetra mis ansias, busco una respuesta en el más allá, ¿acaso es posible mirarte aunque sea a través mis sueños?
Siento que perdí la batalla, pienso en ti cuando me derrito en el sofá y me pregunto, ¿qué harías tú?, tan inexperta pero tan sabia
Ojalá pudieran tus alas cubrir el manto de mi tristeza, esta agua tan salada, el miedo eterno a fallar
Aunque sigo riendo intacta, no hay remedio que aplane el camino, no hay nada que detenga el temblor o el cierre de mi garganta
Madre; no soy tan valiente como piensas, me costó recuperar las fuerzas, pero, ¿por qué, madre mía, me cuesta tanto respirar?
He hecho tantas cosas mal, y la soledad me mira al espejo, victoriosa entre cortinas, susurra que es donde debo estar
El desespero es inmenso encerrada entre cuatro paredes, donde el estampado de las telas me muestra un rostro vulgar
Fui tan ciega en pensar que podría caminar tranquila, que mis manos inquietas nunca volverían a estar
Pero ciertamente aquí estoy, evadiendo la responsabilidad del abarrote de emociones que causa la soledad