🇪🇸 Mensaje diario de 5 minutos| El Castillo de Mateo • 🇬🇧 5 Minute Daily Message | Matthew's Castle

Mateo se levantó con una misión clara… Construir el imperio más grande que la sala de su casa hubiera tenido jamás. Empezó arrumando almohadones, mantas, cajas de cartón, todo lo que pudiera parecer un muro, una torre o una puerta secreta. Su mamá le dijo que no hiciera desorden, pero viendo el entusiasmo que tenía lo dejó, incluso le ayudo un poco. Cuando terminó, se metió debajo de la mesa y colgó un cartón que decía, “SOLO REYES” Tenía un escudo hecho con una bandeja vieja, una espada que era una cuchara de madera y monedas que eran tapitas de refrescos. Estaba feliz, era el dueño de todo. Hasta que llegó Sofi, su hermanita, con un osito de peluche abrazado y le pidió que la dejara entrar. No puedes, esto es solo para reyes, le dijo Mateo sin mirarla. Pero yo quiero jugar, insistió Sofi. No. Anda a hacer tu imperio en otro lado. Sofi se quedó un rato, sentada en el piso, mirando el castillo de Mateo y después se fue a su cuarto. Mateo siguió entretenido en su imperio, pero sentía que le faltaba algo, no tenía con quién pelear las batallas imaginarias, ni a quién nombrar princesa o dragón, solo estaba ahí sentado, en silencio, escuchando cómo Sofi jugaba, sola, con sus peluches en el cuarto. Después de un rato lo decidió y fue hasta el cuarto de Sofi. ¿Quieres venir a mi imperio? le dijo. Sofi lo miró y se le iluminó la cara… ¡Sí! Respondió emocionada. Y en ese momento Mateo entendió algo, que no supo decir con palabras… **Ningún imperio vale la pena si estás solo**. Y es que las mejores aventuras se viven cuando tienes con quién compartirlas.

Mateo woke up with a clear mission…

To build the biggest empire his living room had ever had. He started by arranging pillows, blankets, cardboard boxes, anything that might look like a wall, a tower, or a secret door.

His mom told him not to make a mess, but seeing his enthusiasm, she let him. She even helped him a little.

When he finished, he crawled under the table and hung a piece of cardboard that said, "KINGS ONLY."

He had a shield made from an old tray, a sword made from a wooden spoon, and coins made from soda bottle caps. He was happy; he was the master of everything.

Until Sofi, his little sister, arrived, clutching a teddy bear and asked him to let her in.

"You can't, this is only for kings," Mateo told her without looking at her.

"But I want to play," Sofi insisted.

"No. Go build your empire somewhere else."

Sofi sat on the floor for a while, looking at Mateo's castle, and then went to her room.

Mateo continued to entertain himself with his empire, but he felt like he was missing something. He had no one to fight imaginary battles with, no one to name a princess or a dragon. He just sat there, silent, listening to Sofi play, alone, with her stuffed animals in the room.

After a while, he decided and went to Sofi's room.

Do you want to come to my empire? he said.

Sofi looked at him and her face lit up... "Yes!" she replied excitedly.

And in that moment, Mateo understood something he couldn't put into words... No empire is worth it if you're alone.

The best adventures are lived when you have someone to share them with.