La mejor cura para los grandes egos es adquirir conciencia del tamaño real de nuestro mundo para darnos cuenta de lo verdaderamente pequeños e insignificantes que somos.
En esta sociedad hipercompetitiva, hiperconectada y altamente mediatizada de hoy en día donde la mayoría de los niños aspiran a tener un smartphone con seis años para convertirse en la próxima superestrella de Instagram, el hecho de pensar que nuestra persona es la parte central, esencial y más importante del universo, es un error de gestión del ego y el autoconcepto cada vez más frecuente y extendido entre la población.
En las siguientes imágenes, trataré de ilustrar nuestro tamaño real como humanos en el Planeta Tierra en comparación con el tamaño de los planetas, los soles y las estrellas para darnos cuenta de cuán ridículamente pequeños somos.
Prepárense para sorprenderse y espero que les haga reflexionar.
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