De pronto, sentí como si aquellas palabras hubiesen atravesado mi cuerpo, hicieron mella en mi. Aquellas palabras llegaron a mi cuerpo con un increíble dolor, se posaron en mi pecho y ahí hicieron su nido, ahí se quedaron y prosperaron. Prosperó aquel dolor.
En mi pecho quedo aquel dolor, de unas sencillas palabras, se quedo ahí, y siguió expandiéndose hasta que llegó a cada rincón de mi cuerpo, No se sentía para nada bien, y aquellas palabras siguieron resonando en mi cabeza. Me sentía verdaderamente mal, me habían destrozado, y de esa misma manera en la que juraron que no lo haría... El dolor siguió avanzando, instalándose en mi cerebro, y dominando todo mi ser, toda mi alma, todo lo yo era. Y es un sentimiento tan triste, es tan triste pasar por aquel sentimiento tan agotador. Porque además agota llevar aquel dolor contigo.
Y solo deseé que no hubieses dicho aquellas palabras, solo deseé que aquello que salió de tus pensamientos; lo que pronunciaron tus labios hubiese sido cualquier cosa menos eso. Pero aún así, ya las palabras habían quedado en el momento exacto, capaz cumpliendo su misión de quedarse en el ambiente y hacerme sentir que caí en un hueco. Hueco del que ahora siento que no puedo salir, estoy en el profundamente gracias a esas palabras que se quedaron flotando entre nosotros.
Quizás en otro momento no me importara tanto lo que dijeras, pero los tiempos cambiaron, y ahora todo es diferente, ahora me importa aquello que dices, que sientes… Que piensas. Me importa todo aquello que viene de ti, ¿pensabas que seguía siendo esa misma persona? Pues no, y el dolor de aquellas palabras solo deja en claro lo mucho que me importó que fueran pronunciadas.
En mi pecho quedo aquel dolor, de unas sencillas palabras, se quedo ahí, y siguió expandiéndose hasta que llegó a cada rincón de mi cuerpo, No se sentía para nada bien, y aquellas palabras siguieron resonando en mi cabeza. Me sentía verdaderamente mal, me habían destrozado, y de esa misma manera en la que juraron que no lo haría... El dolor siguió avanzando, instalándose en mi cerebro, y dominando todo mi ser, toda mi alma, todo lo yo era. Y es un sentimiento tan triste, es tan triste pasar por aquel sentimiento tan agotador. Porque además agota llevar aquel dolor contigo.

Y solo deseé que no hubieses dicho aquellas palabras, solo deseé que aquello que salió de tus pensamientos; lo que pronunciaron tus labios hubiese sido cualquier cosa menos eso. Pero aún así, ya las palabras habían quedado en el momento exacto, capaz cumpliendo su misión de quedarse en el ambiente y hacerme sentir que caí en un hueco. Hueco del que ahora siento que no puedo salir, estoy en el profundamente gracias a esas palabras que se quedaron flotando entre nosotros.
Quizás en otro momento no me importara tanto lo que dijeras, pero los tiempos cambiaron, y ahora todo es diferente, ahora me importa aquello que dices, que sientes… Que piensas. Me importa todo aquello que viene de ti, ¿pensabas que seguía siendo esa misma persona? Pues no, y el dolor de aquellas palabras solo deja en claro lo mucho que me importó que fueran pronunciadas.


© 2021, Franudy Alfaro