Saludos, estimados compañeros de viaje.
Mi madre es una narradora oral nata. Hace días me contó este sueño suyo, quise escribirlo porque me sorprendió gratamente.
Espero les agrade tanto como a mí.
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[Fuente: Taliesi, en Pixabay](https://pixabay.com/es/photos/pies-en-el-agua-pies-agua-arroyo-2124781/)
El extraño sueño de mi madre
Cuando hoy llamé por teléfono a mi madre estaba muy contenta. Como se reía de todo cuanto hablábamos, le pregunté cuál era la causa de su alegría y me contestó que anoche había tenido un sueño muy extraño:
Yo estaba debajo de una mata de yaque, hija, y a mi alrededor había muchísimas personas pero no reconocí a nadie, nunca las había visto. Allí no había nadie de mi familia tampoco ninguno de mis vecinos. Yo estaba solita entre ese gentío. Esas personas hablaban entre ellos y como que querían decirme algo, me veían a los ojos pero no decían nada. Yo no sentí nada de miedo con aquella gente. Empecé a sentir calor, mucho calor, y me fui de allí siguiendo un camino largo, bueno, yo decidí seguir ese camino porque una voz me dijo que llegaba hasta el río.

[Fuente: Atlantios, en Pixabay](https://pixabay.com/es/photos/mujer-descalzo-r%c3%ado-vestir-5347090/)
Caminé un rato largo hasta que vi el río, descalza me metí en aquellas aguas claritas, cristalinas. Disfruté mucho ese momento, me eché bastante agua en las rodillas y me daba masajes, hija. Después caminé hacia la otra orilla y mientras lo crucé me iba viendo los pies. Cuando salí del río seguí caminando. ¡Cómo caminé yo en ese sueño!
Más adelante me encontré a un doctor. Ese doctor me atendió una vez en una consulta del Centro Médico. Me preguntó que hacia dónde yo iba. Le respondí que andaba buscando a alguien pero, hija, no sé a quién yo buscaba en ese sueño, pero sí estoy segura de que yo buscaba a alguien. El doctor me miró y luego me dijo estas palabras: “Mire, señora Lelis, cuando usted salga de aquí, mande a calentar agua y cuando esté tibia échese bastante en las rodillas para que pueda bajársele esa hinchazón. No se bañe más con agua fría.”

[Fuente](https://pixabay.com/es/photos/metasecuoya-metasequoia-2808456/)
¿Y puedes creer que lo hice? Le dije a tu hermano que me montara una olla grande para echarme bastante agua en las rodillas. Estuve largo rato poniéndomela hasta que se enfrió. Y fue tan grande el alivio que sentí en las piernas que hoy he caminado mucho mejor. Hice lo que me dijo ese doctor. Hay que creer en los sueños, hija.

