Hacer oídos sordos, es cuidarse también
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Somos seres sociales, seres sociales complejos, y sobre todo vivimos indiscutiblemente en comunidad y la comunidad nos forma y también nos transforma. Cuando leemos, escribimos compartimos, mostramos nuestro más profundo ser, nuestra parte vulnerable y más humana, es imposible no evitar que atraigamos personas a nuestras creaciones a nuestros contenidos, y sobre todo en las redes sociales es común que se llene nuestras creaciones de comentario, y no siempre todos los comentarios son positivos, hay todo tipo de comentarios, los positivos, esos que siempre queremos, que abrazamos con amor y que nos inspiran que nos hace sentir que no somos fracasos, están los comentarios, que de forma respetuosa nos critican nuestro trabajo o nos dan consejos de buena intención, esos son los comentarios necesarios los que nos hacen forjar carácter y crecer. Pero hay otro tipo de comentarios, unos que son mal intencionados, crueles que vienen de parte de personas inseguras que nos quieren hacer daño, muchas veces para ocultar que otros o ellos mismos se han hecho daños. Me gusta ver los comentarios en nuestros textos nuestras fotos, nuestros videos en las redes sociales como el mismo paisaje en dos tipos de clima, uno sereno y soleado de verano, otro en una noche oscura y tormentosa. Hay que saber que nuestros paisaje pueden tener los dos climas pero nosotros decidimos cuando salimos afuera a disfrutar del paisaje.
A veces hay que saber a hacer oídos sordos de los malos comentarios, y hacer oídos sordos no tiene por qué ser indiferencia es una forma de protegernos de las personas que solo buscan hacer daño por el placer, porque encuentran satisfacción en hacer miserable a alguien más aunque no lo conozcan. Esas personas muchas veces han sido víctima de ese tipo de comentarios incluso desde la infancia y por parte de personas que en lugar de protegerlos los defraudaron y por eso hoy se comportan así.
Si te preguntas qué pensar para hacer oídos sordos, si te preguntas cómo evitar sentirte mal por esos comentarios me gustaría decirte: Tú no necesitas validación de nadie, tú no necesitas que nadie te diga constantemente que vas bien, que eres talentoso o exitoso. Tú estás evolucionando, lo estabas ayer, lo estás hoy y lo estarás mañana, cada etapa de tu vida es parte de tu evolución de como creces y de la persona que se está formando, eres único y tienes tus propios tiempos. Y como estás creciendo entiende de una vez: nadie juzga la altura de la semilla cuando germina, todos saben que se convertirá tarde o temprano en árbol. Cuando algo germina no necesita jueces sino nutrientes. Piensa en esa semilla, acepta el agua en forma de buenos comentarios, acepta los consejos y buenos deseos de mejoras como luz solar, pero no aceptes la sequía que viene de parte de los comentarios negativos.
A veces escuchas una opinión puede hacer que dudes más si recibes muchas opiniones distintas, a veces esa tormenta de experiencias distintas en forma de comentarios puede hacer que perdamos el rumbo, que nos equivoquemos en dirección y esta es otra razón para hacer oídos sordos. Hacer oídos sordos es permitirte germinar, crecer, sin que se te arranque la raíz.
Recuerda que muchas veces quien te comenta no te conoce en persona menos conoce tu historia, y todas tus luchas personales, tus intenciones a futuro. Todos juzgamos desde nuestros filtros y lo sabemos, entonces acepta que quien te juzga es desde su punto de vista no del tuyo, si siempre haces caso estarás cargando una ochla que no es tuya. Ignorar ciertos comentarios es darte cuenta que no todos tienen la capacidad de ver con claridad lo que estás construyendo.
Tu paz mental es un espacio y es sagrado, la mente en silencio crece mejor, sana mejor, se entiende mejor. Los comentarios crueles e innecesarios, no son más que ruidos, hacer oídos sordos de ese ruido ese malintencionado ruido es cerrar la puerta de una habitación para comenzar a meditar, no es rechazo, es respeto a tus propios sentimiento.
Turning a deaf ear is also taking care of yourself.
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We are social beings, complex social beings, and above all, we undeniably live in community, and community shapes us and also transforms us. When we read, write, share, and reveal our deepest selves, our vulnerable and most human sides, it's impossible not to attract people to our creations, to our content. Especially on social media, it's common for our creations to be filled with comments. And not all of them are always positive. There are all kinds of comments: positive ones, the ones we always want, the ones we embrace with love, and the ones that inspire us, the ones that make us feel like we're not failures. There are comments that respectfully criticize our work or give us well-intentioned advice. Those are the necessary comments, the ones that help us build character and grow. But there are other kinds of comments, some that are malicious, cruel, coming from insecure people who want to hurt us, often to hide the fact that others or they themselves have hurt themselves. I like to see the comments on our texts, our photos, our videos on social media, like the same landscape in two types of weather: one serene and sunny in the summer, the other on a dark and stormy night. We must know that our landscapes can have both climates, but we decide when we go outside to enjoy the scenery.
Sometimes we have to learn to turn a deaf ear to bad comments, and turning a deaf ear doesn't have to mean indifference; it's a way to protect ourselves from people who only seek to cause harm for the sake of it, because they find satisfaction in making someone else miserable, even if they don't know them. These people have often been victims of these types of comments since childhood, from people who, instead of protecting them, let them down, and that's why they behave this way today.
If you're wondering what to think about to turn a deaf ear, if you're wondering how to avoid feeling bad about these comments, I'd like to tell you: You don't need validation from anyone, you don't need anyone constantly telling you that you're doing well, that you're talented, or successful. You are evolving. You were yesterday, you are today, and you will be tomorrow. Each stage of your life is part of your evolution, of how you grow and of the person you are becoming. You are unique and have your own timing. And as you are growing, understand once and for all: no one judges the height of the seed when it germinates; everyone knows that sooner or later it will become a tree. When something germinates, it doesn't need judges, but nutrients. Think of that seed. Accept water in the form of good comments, accept advice and good wishes for improvements like sunlight, but don't accept the drought that comes from negative comments.
Sometimes hearing an opinion can make you doubt more if you receive many different opinions. Sometimes that storm of different experiences in the form of comments can cause us to lose our way, to go in the wrong direction, and this is another reason to turn a deaf ear. Turning a deaf ear is allowing yourself to germinate, to grow, without being uprooted.
Remember that often the person commenting doesn't know you personally, much less your story, all your personal struggles, and your future intentions. We all judge through our own filters, and we know it. So accept that the person judging you is judging from their perspective, not yours. If you always listen, you'll be carrying an ochla that isn't yours. Ignoring certain comments means realizing that not everyone has the capacity to clearly see what you're building.
Your peace of mind is a sacred space. A mind that grows better in silence, heals better, and understands itself better. Cruel and unnecessary comments are nothing more than noise. Turning a deaf ear to that noise—that malicious noise—is like closing a bedroom door to begin meditating. It's not rejection, it's respect for your own feelings.