Los grandes viajes comienzan con una maleta llena de ilusiones, y así inició nuestro viaje hacia el Jubileo en Roma, Italia; con una parada que siempre recordaré en la bella Madrid.
1. El trayecto hasta Maiquetía Volamos el día 24 de julio, emocionados, por ser la primera vez en mi caso que viajaba fuera del país siendo adulta, y el primer viaje fuera del país de mi novio.
Revisé todo lo que tenía que empacar muchas veces, cuidando sobretodo no pasarme del peso que podía llevar y respetando los tipos de equipaje que podía tener tanto en el primer vuelo (hacia Madrid) como en el que nos iba a llevar a Italia, porque cada aerolínea tiene sus propias políticas.
En el viaje hacia el aeropuerto nos dieron la "cola", un amigo de la iglesia llamado Román, y nos acompañaron el padre Ángel, nuestro párroco; y la mamá de mi novio. Mientras que mi familia, se despidió de mí cuando me monté en el carro.

Cuando llegamos ya había iniciado la fila para el registro de las maletas, así que rápidamente nos pusimos allí para esperar hasta que nos atendieran, la verdad el tiempo se nos hizo súper ameno, porque veníamos hablando, hicimos unos pancitos para comer algo mientras tanto, y todo fluyo casi sin contratiempos.
Recuerdo que casi me desmayo, cuando no encontraba el pasaporte y ya iba a pasar migración (resulta que lo tenía en otro bolsillo del bolso), pero fuera de eso, todo muy bien. Finalmente, después de varias horas de espera, abordamos nuestro vuelo rumbo a Madrid.

🛫 2. El vuelo
El embarque fue bastante ordenado, y yo estaba muy emocionada, no podía creer que el esfuerzo de ahorrar durante meses, finalmente tuvo como resultado que pudiéramos viajar.
Pensaba mucho, cuántos venezolanos que iban también en ese avión tenían como objetivo migrar, o cuántos habrán venido a pasar unos días con su familia y finalmente debían regresar a su nueva realidad.
Traté de ver algo de la programación a bordo, pero nada funcionaba, así que les recomiendo que lleven algo descargado o simplemente aprovechen para dormir. Yo estaba muy cansada de todo el trajín y sabía que después de aterrizar iba a estar difícil poder descansar.
Afortunadamente llegamos a Madrid el 25 de julio, que era feriado y un amigo de mi novio estaba libre y nos pudo recibir en su casa.

🏙️ 3. La llegada y primeras impresiones
Cuando aterrizamos, tuvimos que tomar un bus, hasta la zona de migración, me impresionó mucho la amabilidad del personal de policía, y el proceso fue bastante rápido para pasar por migración, aquí pasé otro susto porque no encontraba el boarding pass pero afortunadamente no era necesario para salir.
Para recoger las maletas, tuvimos que tomar un metro, me impresionó que duró bastante rodando, o sea que ese aeropuerto es grandísimo, al salir después de tomar las maletas, compramos una línea telefónica, y tomamos un Freenow (taxi) para dirigirnos a la casa de Carlos. Casualmente el señor que nos tomó la carrera también era venezolano, con muchos años viviendo en España y estaba muy emocionado de ver a unos paisanos.

¡Hay que ver la primera vez que yo fui a Madrid, que yo fui a Madrid!
🍽️ 4. Una escala en Madrid Carlos nos propuso ir a la piscina de su residencia, y obvio que aceptamos y pasamos un rato muy divertido, mientras reflexionaba: no puedo creer que esté en España. Sin haber descansado mucho, pero disfrutando de todo lo que vivía y veía.



5. Tocó irnos a Italia Después de un día de vuelo, piscina, y un buen baño, nos tocó volver al aeropuerto, para entregar nuestras maletas y seguir nuestro viaje rumbo a Italia. Allá en el aeropuerto me encontré con Arturo, mi ahijado, quién nos dio la cola también. Tenía mucho tiempo sin verlo, porque ahora reside en Madrid. También aprovechamos para comer algo...


¡En un próximo post les contaré como fue la llegada a Italia!

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