Hola,
En un post pasado, ya les había comentado que me gustan muchísimo los reflejos porque en ellos hay una magia increíble. Los reflejos son una invitación a cambiar nuestra manera de ver y mirar y admirar. Para mí, es una especie de ejercicio; significa aprender a entender nuestro entorno, desde nuestra cotidianidad.
A menudo me gusta hablar sobre el "estar" indirectamente en una foto, porque eso me hace recordar que cuando visitamos un lugar, en él dejamos algo bueno o malo, pero está, así no lo sepamos apreciar en el momento. Por eso la fotografía es una huella, un documento que nos permite atestiguar nuestra presencia. Una de mis bases en este tipo de imágenes, es la de Vivian Maier, quien fue niñera y fotógrafa mientras vivió en Chicago, donde apenas aparecía un poco es sus fotos de calle. Lograba capturar esos momentos único estando, por supuesto. Se caracterizaba por pasar desapercibida.
Así que... ¡miremos un poquito más allá!
La entrada de la oficina de mi mamá.
El Metro de Caracas.
La urbanización donde viven tías y primos.
La ventana de la casa donde viví por un tiempo en Mérida.
Gracias por tomarse un tiempo y leer.
¡Nos vemos!