A veces uno retrata a persona que conoces muy poco, y este fue el caso. En el viaje a Morrocoy, que hice con unos amigos y del que ya hice un post, conocí a Edgar, una persona que se caracteriza por ser un poco hippie; de pensamiento liberal. Su hermano vive en La Gran Sabana y supongo que aquella libertad viene de familia.
A eso de las 5:30 de la tarde, disfrutamos de un atardecer increíble. Media hora después el sol ya no estaba tan fuerte, y había parecido una muy bonita, con la intensidad necesaria para llamar mi atención. Yo me encontraba afuera de la casa, y pude ver a Edgar a través de una de las ventanas. Le pregunté si podía hacerle un foto, y aceptó.
Para la primera foto, le pedí simplemente que se quedara ahí, viendo a la cámara a través de la ventana. El atardecer se reflejaban en el vidrio y daban una ilusión de estar sobre el cielo, o flotando en él. Luego, probamos hacer una afuera teniendo como fondo una puerta de madera, creando un contraste con color de piel, los ojos y la mágica luz que daba el atardecer.
Ambos quedamos contentos con el resultado. Él descubrió que quizá podía inmiscuirse en el mundo de la fotografía siendo modelo, y yo supe que los reflejos y los atardecer me hacen sentir cómoda al hacer fotos.
Bueno, finalmente, gracias por leer. Me gustaría saber si les gustan las fotos, y cualquier comentario que sume, bienvenido sea.
¡Nos vemos en un próximo post!