Navidad... Época el cual te hace pensar en reuniones familiares, compartir con amistades, celebrar, adornar tu casa con arbolitos, luces.
Cada que pasan los años todo se vuelve tan aburrido. Tal vez sea porque a medida que vas creciendo cambias tu forma de pensar, y cambias la forma en la que ves las cosas.
Cuando eres niño te alegras tanto cuando llega navidad, porque el Niño Jesús, Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás; o como lo llamen en tu país vendrá y te dará regalos. Te emocionas porque te compraran ropa, porque se reunirá toda la familia, porque habrá mucha comida, y esas cosas que te hacen emocionar.
Pero a medida que vas creciendo todo esto deja de importar, simplemente deja de ser tan emocionante. No sales, no compartes con tu familia, no compras nada, en fin todo te da igual. No hay motivos por el cual emocionarte.
También te deja de emocionar, ya que si se reúne tu familia, no será lo mismo porque los primos crecen y tal vez están distanciados, ya que tienen distintos gustos, distintas necesidades. Con el tiempo la familia se va distanciando. Hay personas que ya no están presentes, y quizá esas eran las personas que mantenían unida a la familia.
En mi caso, mis abuelos y bisabuela hacían que nos reuniéramos todos los años. Todos los años mis abuelas hacían una reunión en su casa e invitaban a todos, mis tía/os, sus esposa/os, sus hij/as; y celebrábamos hasta que ya no podíamos. Desde que ellos fallecieron, ya nada es como era antes, todos se quedan en sus casas festejando por su lado. Algunos ni celebran, simplemente es un día común como cualquiera.