 [Fuente](https://pixabay.com/pt/illustrations/lorca-poeta-homens-poesia-cl%C3%A1ssico-9805432/) En ese momento a kilómetros de distancia, Salvador Dalí, culminaba su obra: “Conjuro a Federico”, realizaba su ultima pincelada sobre el lienzo, caía sobre sus asesinos la oración o plegaria pictórica del pintor… “yo iré a buscarte para hacerte una cura de mar. Será invierno y encenderemos lumbre. Las pobres bestias estarán ateridas. Tú te acordarás que eres inventor de cosas maravillosas y viviremos juntos con una máquina de retratar”
 [Fuente](https://pixabay.com/photos/dali-portrait-surrealism-silhouette-5209280/) El caso es que salió ileso de lo que debió ser su muerte y más aún sin conocer que había ocurrido en lo que sería su fatal tarde. El “conjuro” recorriendo kilómetros le salvaba la vida y sucedían cosas inexplicables como las ya descritas. Caminaba recordando los principales entornos de su vida hasta ese momento de solo 38 años. Inicio a escribir a muy temprana edad, solía visitar las galerías de arte y allí fue donde descubrió a Salvador una especie de pintor - brujo de pueblo que siempre se inventaba evocaciones, sortilegios y hechizos, con palabras y colores, este mismo le habría anunciado su fusilamiento, también que se libraría de manera inexplicable. Usando un bigote espeso recitaba su embrujo al aire: La Persistencia de la Memoria era para nunca olvidar amores lejanos, Galatea de las esferas es para obtener valentía, La Metamorfosis de Narciso era para el amor propio y uno especial realizado para salvar a Federico.  El Conjuro a Federico se hizo popular, se transformó en un mito popular que corría de pueblo en pueblo, García Lorca se transfiguró en un personaje loado, alabado y respetado, su poesía se volvió un éxito enorme. Un día años más tarde, volvieron a encontrarse Salvador y Federico estaban tan ancianos que no lograron reconocerse el uno al otro, entonces ocurrió “la magia latente del arte”, sus manos se rozaron saltando colores, pinceles, letras, versos, imágenes, todo el andamiaje que en sus mentes se encontraba, reencontraron sus ojos, su antigua amistad. Entonces la poesía que siempre salva se aliaba con la pintura perpetuamente y continuaron rescatando vidas de los fusiles de la mentira, la poca creatividad, la política contemplativa y el quehacer humano que nunca consigue que hacer sino aferrado a lo fácil, cómodo y sin causa digna es así cómo llegaron al siglo XXI…inmortales.