Hace casi un mes, par de días antes de emigrar, logré grabar mi primer proyecto audiovisual. Dí mis primeros pasos como directora, o tropiezos, para ser honesta. Sin embargo fue una experiencia bellísima, porque tuve el honor de llevarla a cabo con mis amigos mas íntimos, a quienes calificarlos como trabajadores se me queda corto. Fueron 48 horas de pura adrenalina, encontronazos, abrazos, estrés, errores, muchos errores. Y para mí, ver un proyecto tan íntimo por fin materializarse, es de las cosas mas gratificantes que he vivido nunca.
El video aún no tiene título. Aún no tiene una naturaleza bien definida, pero este post es un adelanto (porque como todo audiovisualista venezolano sin presupuesto, el montaje final estará listo probablemente para fin de año). Solo par de gifs de dos clips que me gustan mucho, y esta vez es el poema el que va de acompañante, solo para dar un poco de ambiente.
Me sube la marea
Una marea de odio líquido me inunda. iris ennegrecido, garganta obstruida por burbujas de mercurio, uñas moradas, dermatitis masiva. Intento respirar abrirme paso entre las masas de piel descompuesta. El extraño a mi lado, el extraño sobre mí, dentro.
Y me pierdo. Me pierdo en todo lo amargo que brota de mi en los extremos. Meto el dedo, la mano hasta la muñeca, y me extraigo la bala que llevo incrustada entre las costillas. Me limpio tu piel de debajo de las uñas, desencajo tus dedos de mis muslos, te escupo tus besos en los ojos. Me extirpo de tus filos, secreto tus torrentes por los poros.
Tirito de frío y me ofreces un vaso de ginebra, mientras pides disculpas por haber derramado la leche.