¿Cuántas veces pasa que en la vida sabemos que tenemos un problema específico y nos ofuscamos o empeñamos en negarlo. Negamos el peso de lo evidente como tratando de ocultar lo obvio bajo la alfombra de la casa... Tal vez no seamos nosotros los que somos así, pero es muy seguro seguro de que conocemos a personas que se comportan de esa manera, y realmente, da muucho para pensar.
<<<<<¿Por qué sucede la negación de problemas>>>>>
En la vida cotidiana, es común toparse con personas que eligen ignorar o quitarle importancia a los problemas en lugar de encararles. Esta tendencia a no reconocer las vicisitudes es originada por el deseo básico instintivo de la gente de huir del dolor que a nivel emocional ello genera. Porque reconozcamos, que confrontar situaciones adversas siempre es algo que incomoda.
Pero pese a ello, es crucial saber que ignorar o no atender a un problema que se transluce ante nosotros, no solo no lo soluciona, ni hace que desaparezca, sino que con frecuencia lo agrava, haciéndole más complejo y originando consecuencias peores. Por tanto, es meridianamente vital adoptar o sostener un enfoque proactivo, inteligente y realista frente los desafíos que se presentan en nuestra vida, sea en el ámbito que sea (personal, profesional o cualquier otro).
Uno de los grandes problemas que surgen al negar las contrariedades es la acumulación de tensiones no resueltas. Esto es porque cuando una persona prefiere ignorar lo que incomoda y contraría -ya sea en su círculo personal, como problemas de relaciones, o en su entorno laboral, como dinámicas tóxicamente conflictivas- se generan tensiones que tienden a crecer.
.jpg)
Todo se suele manifestar luego en estrés, angustia, ansiedad, y otros problemas de distinta índole -incluidos los de salud mental-. Así que en vez de resolver el problema de fondo, la persona que niega lo obvio se queda estancada y atrapada en un ciclo de malestar y dolor que podía evitarse enfrentando directamente y sin tapujos la situación. Así que como primer paso para la resolución efectiva de cualquier problema figura la regla obvia y básica de reconocer su existencia.
<<<<< Negar la realidad no tiene caso>>>>>
Es bastante generalizada la creencia de muchos de que si niegas los problemas es porque estás sosteniendo una actitud positiva ante la vida, pero es falso de toda falsedad, porque lo que en realidad estás haciendo es que estás asumiendo una actitud infantil que perpetúa las contrariedades, lo cual es estúpido y nada recomendable.
Son tantos los efectos negativos que negar la realidad de los problemas puede causarnos, que quizás es imposible de explicarlo en toda su extensión. Pero lo que podemos afirmar además, es que negarnos a enfrentar los problemas tiene connotaciones negativas en cuanto a nuestras relaciones interpersonales.
Esto es así porque la comunicación es un factor notable en cualquier relación, y el adolecimiento de honestidad sobre los problemas abre espacio a la desconfianza. Por ejemplo, en un equipo de trabajo, cuando los miembros enfrentan conflictos pero prefieren callarlos, esto desencadena resentimientos, rabia y desmotivación. Y
en lugar de promover un ambiente de colaboración, satisfación y soporte, se crea una cultura de miedo, recelo, indolencia y evasión.
Por lo que es de imperativa importancia abordar los problemas de manera natural y convencidamente abierta, fomentando la sinceridad y permitiendo así que las relaciones creen lazos fuertes por medio de la resolución de conflictos.
<<<<< Decisiones desafortunadas e inconvenientes >>>>>
Otra consideración que hay que hacer es que la negación de problemas también puede llevar a asumir decisiones desinformadas o inconvenientes. Y es que ignorar los hechos puede lucir como una buena forma de control temporal, pero no lo es, porque esta falta de claridad puede desembocar en elecciones erróneas y desafortunadas que afectarán significativamente el futuro.
Por ejemplo, en el ámbito de la salud, muchas personas optan por no examinar síntomas persistentes que acusan, y ello puede llevar a diagnósticos tardíos y, en última instancia, a consecuencias fatales.
A tenor de esto, es por lo que enfrentar la realidad con honestidad y una visión crítica es trascendente no solo para la toma de decisiones informadas, sino también para tratar de asegurar nuestro bienestar a largo plazo.
<<<<< Lo positivo de enfrentar los problemas más allá de lo mencionado>>>>>
Más allá de lo mencionado, finalmente, enfrentar los problemas nos aporta un sentimiento de empoderamiento, responsabilidad y crecimiento personal. Pues reconocer y abordar los desafíos nos permite desarrollar habilidades de resolución y resiliencia, donde cada problema resuelto se transfigura en una experiencia de aprendizaje valioso que hace más férrea nuestra capacidad para enfrentar futuros obstáculos.
Sostener una actitud de este tipo, hace que nuestro autoconocimiento y la autoeficacia se vean fortalecidos, lo que hace crecer también nuestra confianza y autoestima. Como resultado de lo mencionado, confrontar los problemas puede ser una oportunidad inestimable para el desarrollo personal, en lugar de un mero obstáculo o contrariedad.
Como conclusión, expresaré nuevamente lo que ya dije, que negar los problemas no los eliminará; de hecho, a menudo solo los intensificará o agravará, y es por lo que en lugar de buscar evadir las dificultades, hay que hacerles frente abordándoles de manera proactiva y honesta. Al hacerlo nos ahorraremos muchos problemas en la vida, porque la verdadera superación recae en la capacidad de pelear con las dificultades, aprender de ellas y, en el proceso, surgir más fuertes y más sabios. Así que reconocer los problemas y no negarlos, es parte del camino a la felicidad general.
Planteo la pregunta: ¿Niegan ustedes sus problemas o los asumen con total responsabilidad y los enfrentan y resuelven?