Cuando pensamos o hablamos acerca de la Salud, generalmente nos referimos a la salud física, e infelizmente, cuando nuestro cuerpo o el de otra persona, se enferma y hay que curarlo. No pensamos en que es más fácil pensar en la Salud en términos preventivos, en hábitos que nos ayuden a mantenernos saludables: una nutrición balanceada, hacer ejercicio de manera regular, evitar las situaciones que nos producen estrés, dormir las horas necesarias para reponer nuestras energías. Mantener rutinas saludables por lo general es mejor, y más económico, que diagnosticar y tratar a nuestro cuerpo cuando se enferma y llega a un estado crítico, o incluso a la emergencia de un hospital.

Por otra parte, es importante entender que no somos solamente un cuerpo, que cada uno de nosotros tiene una mente que afecta nuestra salud. Lo que pensamos y sentimos tiene un impacto en nuestro cuerpo. Cuando me siento triste o cuando me dejo llevar por pensamientos que me producen ira, eso afecta mi cuerpo, y por lo tanto mi salud, lo que va a generar en algún momento enfermedades físicas. Y lo contrario también es cierto, cuando tengo malos hábitos que afectan mi cuerpo como comer mal, fumar, beber en exceso, no descansar lo suficiente, el malestar físico que esto me provoca (resaca, insomnio, obesidad) también va a afectarme emocionalmente. Somos un todo, por lo tanto, tenemos que enfocar el tema de la salud de una manera integral, tomar en cuenta ese todo que somos.

Si una persona es diagnosticada con una enfermedad física, sufre un accidente y es llevado a un hospital o padece una dolencia crónica, la mayoría de las personas le dan su apoyo de la manera en que lo necesite. Pero cuando una persona sufre un trastorno psíquico, de manera temporal o permanente, por lo general, no hay la misma compresión o apoyo. Hay condiciones psíquicas como el autismo o el asperger que son permanentes, y afectan la manera en que las personas que la padecen se relacionan con quienes les rodean. En estos casos la compresión, la empatía o el apoyo no se dan con facilidad. Frente a la depresión, lo digo con conocimiento de causa porque la padecí, no hay la misma comprensión. Por eso celebro la iniciativa “Juntos fortalecemos la salud de todos”, en tanto plantea el tema desde un punto de vista social, como un tema en el que podemos contribuir para apoyarnos unos a otros. (Link)

Alguna mañana quedé de acuerdo con mi vecina Ana para ir a caminar. Es una señora mayor de 70 años y hasta ese momento sólo nos habíamos saludado al encontrarnos. Esa primera tarde que salimos a caminar juntas habló mucho durante todo el camino, de sus hijas, que viven lejos, de algunos de sus padecimientos físicos. Al despedirnos me dijo que la acompañará hasta su casa y me regaló algunas frutas de su huerto y me dio las gracias por acompañarla y escucharla. A veces el simple gesto de escuchar a alguien puede cambiar su estado de ánimo, puede cambiar su día. Por lo general, soy una persona que escucha. En las últimas semanas hemos caminada juntas, y nos hemos conectado a través del diálogo.

Mis talleres literarios han sido también otro espacio importante de encuentro y de diálogo que ayuda a quienes participan a estimular su creatividad, a explorar su mundo interior, lo cual es bueno para darle salida a los sentimientos e ideas que los obsesionan. Todo acto creativo ayuda a nuestra salud mental. El diálogo es parte importante de la experiencia grupal de mis alumnos. Poder expresar lo que sentimos nos ayuda a sentirnos mejor, porque el silencio, no podemos expresarnos termina generando tristeza. La buena conexión con otros contribuye con nuestro bienestar.

Agradezco mucho a la comunidad @holos-lotus por proponer esta iniciativa sobre un tema tan importante, la salud mental. Para mí la comunidad @holos-lotus ha sido un espacio enriquecedor, que al contribuir con la salud integral de los que hacemos vida en ella, contribuye positivamente con nuestra salud mental. Invito a @sacra97 @emiliorios y @amigoponc a participar en esta iniciativa.

When we think or talk about health, we generally refer to physical health, and unfortunately, when our body or someone else's body gets sick, we have to cure it. We don't think about how much easier it is to think about health in preventive terms, in terms of habits that help us stay healthy: a balanced diet, regular exercise, avoiding stressful situations, getting enough sleep to replenish our energy. Maintaining healthy routines is usually better, and more economical, than diagnosing and treating our bodies when they become ill and reach a critical state, or even end up in a hospital emergency room.

On the other hand, it is important to understand that we are not just a body, that each of us has a mind that affects our health. What we think and feel has an impact on our body. When I feel sad or when I get carried away by thoughts that make me angry, it affects my body, and therefore my health, which will eventually lead to physical illness. The opposite is also true: when I have bad habits that affect my body, such as eating poorly, smoking, drinking excessively, or not getting enough rest, the physical discomfort this causes me (hangovers, insomnia, obesity) will also affect me emotionally. We are a whole, therefore we have to approach the issue of health in a comprehensive way, taking into account the whole that we are.

If a person is diagnosed with a physical illness, suffers an accident and is taken to hospital, or has a chronic condition, most people offer their support in whatever way is needed. But when a person suffers from a mental disorder, whether temporary or permanent, there is generally not the same level of understanding or support. There are mental conditions such as autism or Asperger's that are permanent and affect the way people who suffer from them relate to those around them. In these cases, understanding, empathy, or support do not come easily. When it comes to depression, I speak from experience because I have suffered from it, there is not the same understanding. That is why I welcome the initiative “Together we strengthen everyone's health,” as it approaches the issue from a social perspective, as something we can contribute to in order to support each other. (Link)

One morning, I agreed with my neighbor Ana to go for a walk. She is an elderly woman in her 70s, and until then we had only greeted each other when we met. That first afternoon we went for a walk together, she talked a lot along the way, about her daughters, who live far away, and some of her physical ailments. When we said goodbye, she asked me to walk her home and gave me some fruit from her garden, thanking me for accompanying her and listening to her. Sometimes the simple gesture of listening to someone can change their mood, can change their day. I am generally a good listener. In recent weeks, we have walked together and connected through conversation.

My literary workshops have also been another important space for meeting and dialogue that helps participants stimulate their creativity and explore their inner world, which is good for giving vent to the feelings and ideas that obsess them. Every creative act helps our mental health. Dialogue is an important part of my students' group experience. Being able to express what we feel helps us feel better, because silence, not being able to express ourselves, ends up generating sadness. Good connections with others contribute to our well-being.

am very grateful to the @holos-lotus community for proposing this initiative on such an important issue, mental health. For me, the @holos-lotus community has been an enriching space, which, by contributing to the overall health of those of us who are part of it, contributes positively to our mental health. I invite @sacra97, @emiliorios, and @amigoponc to participate in this initiative..