En tiempos de sequía, estos espacios no son respetados por la ciudadanía irresponsable que lanza basura, escombros y cuanto desecho exista; esta problemática no la enfrentan las autoridades de una forma eficaz. Ahora bien, al llegar las lluvias, estas reclaman sus espacios y allí van a desembocar todas las aguas que vienen de la parte alta y ríos cercanos a la zona.

La naturaleza tiene su ciclo de lluvias constante en la zona y la acumulación de agua provoca inundaciones en la parte cercana, por ejemplo, en la ciudad de Carora, estado Lara, cuando llegan las lluvias por lo general se reportan derrumbes de viviendas y comercios, pérdidas de cosechas y destrucción de carreteras, dejando la ciudad en emergencia. Al presentarse la emergencia, las autoridades se acercan hasta el lugar aplicando los operativos pertinentes, en eso pasan más o menos unos días, pero luego se olvidan hasta que nuevamente llegan las lluvias. Convirtiéndose en un círculo vicioso. Esta problemática afecta a gran parte de los habitantes, por ejemplo: malos olores, olas de zancudos, enfermedades; el impacto ambiental es fuerte para las personas que viven cerca de estas zonas. Por lo general, la naturaleza reclama sus espacios que muchas veces son ocupados por personas de bajos recursos que construyen sus viviendas en zonas de riesgo, lamentablemente salen perjudicados, perdiendo sus pertenencias y muchas veces hasta la vida. La furia de los ríos es devastadora, cuando se presenta es capaz de generar alertas entre la población, además afecta a muchos sobre todo por las pérdidas de cultivos generando aumento en frutas y hortalizas.