Imagen propia generada con Gemini.ai
10:23 am
Hay hechos que nos cambian la vida. El nacimiento de un hijo, una muerte, un nuevo amor, son quizá los más comunes, pero detrás tenemos otros como un divorcio, la migración a otro país, y un cambio profesional o laboral, que les siguen de cerca. Si hago una revisión de los últimos años de mi vida, el último caso: un cambio profesional o laboral, ha sido clave en mi historia reciente.
En el año 2019 dejé de laborar en un sitio que ayudé a construir, un sitio que sentía mi casa, y un sitio en el que pensé que trabajaría hasta jubilarme. Tristemente la historia no fue así, y eso me obligó a hacer cambios que hoy a la distancia agradezco, pero que no fueron fáciles.
Lo primero que me quedó claro es que mi futuro económico ya no estaba garantizado, y eso me obligó a replantearme mi relación con el dinero, y eso a su vez mi vida en general, porque nos guste o no, nuestra vida está estrechamente vinculada al dinero y que posibilidades de bienestar nos permite.
Lo he comentado en otra publicación, lo primero que hice fue saldar todas mis deudas, y ahorrar el resto y cuidarlo al máximo, y eso a pesar de que ya tenía un nuevo trabajo, porque afortunadamente no estuve un solo día sin trabajo. Sin embargo la situación era claramente distinta. Ya no trabajaba en casa, trabajaba en otro lugar relacionado con esta, pero uno donde no era nadie, y empezaba desde cero.
Toda la tranquilidad que me daba mi anterior trabajo despareció para siempre, y no sé si algún día la recupere. Todos los días trabajo para un día poder sentir que la tengo de nuevo, pero si ese día llega, tengo claro que todavía le falta bastante. Y ante esta circunstancia mi situación con el dinero cambió para siempre, y eso, irónicamente, es el mejor efecto colateral que pude tener.
Me convertí en un minimalista, rozando en el frugalismo. Esto significa que solo gasto en aquello que realmente necesito, y mi relación con las cosas, con los objetos, cambió radicalmente, y para bien. Tengo años comprando casi nada, y no porque no pueda, sino porque no lo necesito. Cuando eliminamos de nuestros gastos todo aquello que en realidad no necesitamos, es impresionante lo que se puede ahorrar.
Así fue que viví el primer paso de la transformación de mi relación con el dinero: pasé de gastar a ahorrar. Antes, sabiendo que tenía el rubro económico resuelto, gastaba sin reflexionar sobre ello, y ahora solo compro después de reflexionar antes sobre ello. Y el resultado es un ahorro enorme sin tener que privarme de nada. La cantidad de cosas que compramos y en realidad no necesitamos es sencillamente enorme, y cuando eliminas estos gastos el resultado es sorprendente.
Poco a poco mis ahorros fueron aumentado, pero de vista al futuro eso me parecía insuficiente. Me ponía metas de ahorro, y me costaba alcanzarlas, así que me quedó claro que tenía que hacer algo más. Y en esa búsqueda descubrí las cripto-monedas y a Steemit, que después se fragmentaría y daría pie a Hive. Incursioné en las cripto-monedas con éxito al principio, para luego fracasar estrepitosamente por mi falta de experiencia, y empecé a publicar en Steeemit, y luego en Hive, como una manera de tener una ingreso extra, aunque después eso acabo siendo lo menos importante.
Hoy día veo Hive más como un espacio de encuentro que como uno que me genere ingresos importantes. Pero el gusanito de las cripto-monedas no murió en mí del todo, y eso me llevó a empezar a investigar y aprender poco a poco sobre el mundo de las inversiones. Y para mi sorpresa, resulta que hoy día hay muchas opciones al alcance de cualquier mortal para meterse a este mundo, así que me puse a estudiar.
Poco a poco me fui instruyendo al respecto y comencé, no sin temor, a hacer mis primeras inversiones. Moví dinero de mi cuenta de ahorros que me da cero intereses, a varias cuentas nuevas que me dan rendimientos diversos, y por primera vez puse mi dinero a generar dinero, lo puse a trabajar para mí. Al ver los resultado fui poco a poco perdiendo el miedo y me animé a mover más dinero, y hoy día mi cuenta de ahorros solo me sirve para recibir mi sueldo, y salvo un monto mínimo, todo lo demás lo invierto en diversas opciones.
Y fue así como pasé de ahorrar a invertir. En el transcurso de poco más de seis meses, logré cambiar mi mentalidad, y pase de guardar a administrar mi dinero. El siguiente reto fue invertir en la bolsa, y para ello de nuevo me puse a informarme y a estudiar. Y después de mucho investigar hice mis primeras inversiones en instrumentos financieros, las más seguras que pude encontrar, y al principio todo marchó bien, pero entonces ganó la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
La inestabilidad que trajó Trump a los mercados con sus aranceles, causó estragos iniciales en las bolsas de valores del mundo, y todo lo que había ganado se perdió, y de hecho quedé en números rojos. Pero haciendo caso a lo aprendido tuve paciencia, no vendí nada, y esperé a que mis activos se recuperarán, lo que llevó meses, pero poco a poco sucedió. Esto me permitió ver con que activos me sentía más cómodo, y reorganicé mi cartera de inversiones.
Con la confianza adquirida di un paso más y me puse a investigar sobre trading, y me puse a hacer mis primeros experimentos con muy poco dinero, más que nada para aprender y ver si estaba listo o no para incursionar en ello. Un buen día viendo los gráficos de unas acciones me di cuenta de que los entendía, de que finalmente los entendía, y podía usarlos para tomar decisiones, así que aumenté gradualmente mi compra y venta de acciones, y hasta ahora, tres meses después, me siento muy cómodo y me ha ido bien.
Este último paso es un logro para mí, porque si me lo tomo con calma, sigo aprendiendo y voy a mi ritmo, puedo estar ante una manera de, a la larga, incluso vivir de esto. Y para mí, que dependo solo de mí mismo para todo, es una excelente noticia, porque me puede dar algo que persigo desde que cambié de trabajo, y es la libertad financiera. Este año que ha sido de mis pininos, y más que nada de aprendizaje, estimo que generaré, solo con mis inversiones, un monto equivalente a poco menos de 4 meses de mi sueldo, y eso es bastante.
A futuro, salvo que la economía global nos de otro susto como el de la pandemia, espero seguir aprendiendo e ir consolidando mis conocimientos, y lograr un ingreso mensual que me de más que nada una mayor tranquilidad económica, y a futuro una libertad financiera que no me haga depender de un empleo para poder vivir, sobre todo si llego a una edad avanzada. Ahora suena como un sueño, pero algunos sueños se hacen realidad, y este podría ser uno de ellos. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.
©bonzopoe, 2025.
Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.
