Nunca me fui
Nunca me fui porque nunca estuve. Lo único que tuviste, lo único que pude darte fue un reflejo, un eco de mi mismo, una sombra que quisiste ver como real y que cuando abrazaste descubriste aire, vacío.
No me culpes si te enamoraste de un espejismo. Si mi imagen reflejada en tus ansias te hizo creer que éramos algo más que sudor y carne, algo más que un juego que sombras confundiéndose en la oscuridad.
Para mi los límites siempre fueron claros, pero tu nunca quisiste ver ni escuchar lo evidente: que nunca me tuviste, que nunca fuiste destino, sino una escala apacible y placentera donde esperar el momento de seguir mi camino.
Asi que no me pidas que vuelva cuando nunca estuve, y si bien nunca me fui, es tiempo de que tú sí lo hagas. Es tiempo de que te vayas de mí y vuelvas contigo... antes de que la nada lo haya devorado todo y no haya nada a que volver.
©bonzopoe, 2025.
Otros textos de esta serie:
"Tu domingo (aunque no quieras)"