En este video me empeñé en hacer un tutorial, un tutorial de lo que me gusta y apasiona. Quería compartir algo que realmente me mueve, algo que no solo me llena como creador, sino que también puede aportar valor a quienes lo vean. Pero claro, las personas suelen preferir los tutoriales rápidos, directos, sin rodeos. Aun así, decidí hacerlo a mi manera, con calma, con detalle, con intención. Elegí el camino más largo porque quería que cada paso tuviera sentido. Al terminar de grabar, lo único en lo que podía pensar era en la edición. Me sumergí por completo en ese proceso, dedicándole varias horas del día para que todo saliera como debía: subtítulos bien sincronizados, corrección de color que transmitiera la atmósfera adecuada, encuadres cuidados, transiciones limpias, selección de música, y todo lo correspondiente para que el resultado final tuviera la calidad que yo imaginaba desde el principio.
Al final del día, ya había quedado satisfecho con el resultado. Había creado algo nuevo, algo que nunca antes había hecho, y eso me hizo sentir muy bien. El video había quedado como yo lo esperaba, como lo había planeado desde el inicio. Sentí que había logrado plasmar mi visión, y eso me dio una sensación de logro que no se puede explicar fácilmente. Fue como un pequeño triunfo personal que me impulsó aún más.
Pero el momento decisivo estaba por llegar: el momento de darle al botón de subir. En ese instante, pensamientos como “¿y si no coge alcance?”, “¿y si no le gusta a las personas?”, “¿y si simplemente coge 0 vistas?” empezaron a invadir mi mente. La cabeza me quería estallar. Era como si todas las inseguridades se activaran al mismo tiempo. Pero intenté callar esas voces, respirar profundo y darle al botón de subir lo más rápido posible, sin pensarlo demasiado.
Analicé todos los parámetros, optimicé el título, la descripción, las etiquetas, y subí el contenido. Al pasar unas horas, el video solo había tenido 100 visualizaciones en YouTube. Pensé que había hecho algo mal. Pero en realidad, solo había que darle tiempo. Al otro día, mi video había alcanzado las 1300 visitas. Esto me llenó de alegría y me dio fuerzas para seguir creando y haciendo lo que me gusta, que tanto esfuerzo tomó.
Solo tengo algo que decirle a todo aquel que vea esta publicación: comienza ya, antes de que te arrepientas de no haberlo hecho.
Aquí les dejo el video para que le echen un vistazo y dejen su amor por ahí
https://youtube.com/shorts/ZDvlFp5rM_Q?si=DMP6Y1oESZPG3U5P
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