El insecto muerto que muestro es una avispa de la familia Scoliidae que encontré en el patio de mi casa. La familia Scoliidae comprende unas 560 especies en todo el mundo, de las cuales 20 se encuentran en Norteamérica, al norte de México, y pertenecen a 5 géneros: Campsomeris, Criscolia, Scolia, Trielis y Triscolia. Las avispas de esta familia se caracterizan por ser de tamaño moderado a grande, la mayoría miden de 15 a 25 milímetros de largo, aunque algunas son tan pequeñas que pueden medir 5 milímetros y otras son más grandes pudiendo alcanzar hasta 35 milímetros. Se caracterizan porque a menudo muestran patrones brillantes, que varían en combinaciones de colores rojo, amarillo, blanco y negro. También se ha informado que muchas de ellas presentan marcas de color amarillo brillante, anaranjado o rojo; muchas tienen alas oscuras con brillantes refulgencias (emiten resplandor) púrpuras, azules o cobrizas; y unas pocas tienen visibles ornamentos o vestiduras blancas o rojizo-doradas en partes del cuerpo.
El dimorfismo sexual en las avispas de la familia Scoliidae es extremo, y las hembras y los machos de una misma especie no suelen asociarse fácilmente. Las hembras suelen ser más robustas y grandes que los machos correspondientes, y los dos sexos suelen diferir significativamente en el patrón de coloración. Los machos de una misma especie también pueden variar considerablemente de tamaño.
Los miembros de la familia Scoliidae se distinguen fácilmente de los de otras familias de avispas por 2 caracteres. La membrana alar más allá de las celdillas o celdas está estrechamente estriada y el mesoesternón y el metaesternón forman una placa plana que recubre la base de la coxa (segmento proximal de la pata) media y coxa posterior. También se ha señalado que se distinguen fácilmente de otras familias de avispas por la posesión de alas anteriores plegadas (con pliegues) distalmente con un conjunto de diminutas crestas y surcos paralelos (pseudovenación) en la parte apical del ala, distante de la venación, y por expansiones laminares en el metaesternón que cubren las bases de las metacoxas ampliamente separadas.
Las avispas de la familia Scoliidae son comúnmente conocidas como avispas excavadoras o avispas cazadoras de escarabajos. Son avispas parasitoides solitarias de larvas de escarabajos de la familia Scarabaeidae que habitan en el suelo. Las avispas hembras excavan en el suelo, o en la madera en descomposición, en busca de esas larvas, y al encontrarlas las aguijonean, paralizan y luego ponen un único huevo sobre ellas. Aunque las avispas hembras están muy adaptadas a excavar en el suelo para alcanzar a las larvas de los escarabajos hospedadores, que, cuando son localizadas, quedan paralizadas y reciben un único huevo, algunas observaciones indican que la avispa hembra puede desplazar a la larva hospedadora a mayor profundidad en el suelo y preparar una cámara antes de la oviposición; que sirve como celda de cría. Los machos de las avispas de la familia Scoliidae suelen realizar vuelos prenupciales, volando en forma de 8 a poca altura del suelo en busca de hembras emergentes.
Cabe destacar, que las larvas de escarabajos de la familia Scarabaeidae causan daños en las raíces de varias plantas, como el césped o pasto, varias leguminosas, plántulas de árboles y la caña de azúcar, y como estas avispas atacan a las larvas de esos escarabajos, son consideradas como importantes agentes de control biológico. Las avispas adultas de los géneros Scolia y Campsomeris se han visto con frecuencia, en la región neotropical, alimentándose de flores.
Por otro lado, la avispa que muestro se corresponde con la especie Dielis dorsata, también conocida por su sinónimo Campsomeris dorsata. Esta especie se distribuye por Sudamérica tropical y subtropical, el norte y sur de México y las islas orientales de las Antillas Mayores.
Sobre esta especie es de hacer notar, que en la llanura aluvial o humedal tropical más grande del mundo conocida como El Pantanal (en Brasil), que se encuentra ampliamente cubierta por agua durante la temporada de inundaciones, y que debido a las condiciones del relieve y al perfil hidrológico de la región las áreas de la llanura presentan diferentes historiales de inundaciones en cuanto a su intensidad (cantidad de agua retenida) y duración, lo que requiere que tanto la flora como la fauna se adapten a este pulso diferencial de inundaciones, se descubrió, que la especie presenta variaciones en la morfometría geométrica de las alas, variaciones morfológicas en el patrón de venación, en función de las diferentes condiciones del suelo (factor ambiental que involucró la intensidad y duración de inundaciones), e incluso debido a la utilización de diferentes especies hospedadoras (factor nutricional), tomando en cuenta que estas avispas pueden localizar hospedadores por encima del suelo, por lo que, las condiciones del suelo y la distinta formación de la vegetación en relación con las características de las áreas que son influenciadas por el pulso de inundación, pueden conducir a tales respuestas morfológicas.
Las cairomonas (señales químicas) producidas por sus hospedadores se detectan más fácilmente en suelos menos heterogéneos y menos compactados.
La avispa se puede ver en el siguiente video.