Hola de nuevo, querida comunidad. Primero que nada agradezco el apoyo que recibí en mi anterior publicación: <
Hoy vengo de nuevo a escribir un poco más, a expresarme otro poco y a leerlos a ustedes también. ¿Será este el lugar ideal para comenzar a soltar, de uno en uno, mis pensamientos? Lo iré averiguando conforme el tiempo vaya avanzando y mis letras se conviertan, cada día con más claridad, en un reflejo de mi alma.
No quiero sonar demasiado nostálgica, así que mejor dejemos esta tediosa introducción hasta aquí.
A continuación les dejo un pequeño poema que escribí:
Es aquella bruja quien parece pintada por la mano de Miguel Ángel, que debió llorar mientras trazaba sus ojos iracundos, partícipes.
El pulso no le tembló, al pasar por sus manos En su corazón debió nacer una tormenta, diluvio Uña por uña, la creó salvaje Ni Dios la fuese podido dar a luz, la costilla de Adán no fuese sido suficiente.
La boceto de puta y la pintó de virgen Con manos de reina, pies de obrera y ojos de mujer.
Miguel Ángel, que fuese héroe, la encuadraría fuera de miradas furtivas Él sabía que sobre el suelo no podía andar La imaginaría entonces, sobre una nube y en una esquina del cuadro, donde no hubiese nada en particular.
Dentro de él, desbordamiento, debacle ¿Bebería Miguel Ángel? Fuese bebido, al pasar por esos cabellos, al trazar las hebras, al imaginar su caída y al tomar la pintura negra.
Para entonces, ya no importarían gustos personales / sexuales /sentimentales Él también se fuese enamorado de ti.
Pintura de Miguel Ángel, El pecado original.