Sentada tranquilamente en este porche me llegó la musa de la imaginación y los pensamientos. Nos vi sentados tomando café hablando de las cosas cotidianas, como el amor y lo intenso que estuvo el trabajo.
Viaje durante un momento por las posibilidades de lo que podría ser lo que nos estamos planteando y me gustó lo que vi: éramos nosotros viviendo las preocupaciones de una pareja común, teniendo conversaciones banales sobre lo que habías leído en el periódico esa mañana y yo respondiéndote con un beso corto y ligero, el beso de los buenos días.
Todo pasaba en el porche, ese era nuestro escenario; nuestra primera pelea, nuestro primer baile y el café de las mañanas. El porche era como nuestro jardín secreto.
La musa se fue disipando y la imaginación se fue agotando poco a poco dejando un vacío por algo que no tenía, pero que estaba desesperada por obtener. En ese momento volví al porche tal y como estaba lleno de muebles vacíos y la ausencia de ese amor que tanto estaba buscando. Volvió a ser el porche de la casa donde descansaban mis pies del calor de la ciudad.
Por un momento existimos y vi lo que quería tener: a ti.
¡Hola Hiveanos! Aquí les dejo un poco de texto sentimental. El texto es mío y la fotografía igual. Fue tomada con un móvil Redmi 7A.
¡Espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo!