Me puso la miel en los labios, como a niño se le da un dulce caramelo. Sabe que lo deseo tanto y tanto, y es tanto lo que la quiero que por no perderla, mi amor guarda silencio.
Me dijo de hacer algo por si me atrevía, y ella también se atrevería a hacerlo. De seguida me tiré al barro, y cuando vio que haría cualquier cosa, no por mí, sino por el interés de un imaginario premio, me lo quitó de la boca, y aquel beso que me daría por hacer aquello, aquel dulce y meloso instante ya solo vive en el país de mis sueños.
Sé que la veré otra vez, que me mirará a los ojos y me dirá de nuevo: No, no seas así, haz las cosas solo por y para ti, y no por un momento de deseo.
Cómo no, le diré a todo que sí, porque es razón, y la razón solo tiene un camino y único precio. Pero sé que mi pensamiento le dirá que cuando manda el corazón, la razón deja de ser razón, y sé que si ella me pidiera, hasta la vida podría perderse cuando a la persona que amas te lo pide por tener de su boca un beso.
Y es así como vivo los días, sin vivirlos cuando a mi lado no la tengo. Nunca seré nada en nadie, ni nadie tendré a mi lado donde descansen mis deseos. Pero los sueños, sueños son, y el mío es abrazarla y en silencio juntar sus labios con los míos y parar para toda la vida el tiempo.
Me puso la miel en los labios, y yo, como inocente niño, solo con esas palabras me consuelo.
Sabe que la deseo tanto y tanto, y es tanto lo que la quiero, que por no perderla, mis labios solo guardan silencio.
Poema propio. Fuente de la imagen... Propia