Aún no me libro del sofocante calor, pero algo pasa en las mañanas. Un fresco sutil, casi imperceptible, empieza a marcar la diferencia. Me encanta observar cómo surgen estos cambios en la naturaleza. Este pequeño giro también surte efecto en mí, por lo que automáticamente me dieron muchas ganas de salir.
Además, tenía una compañía irresistible, michi, que de casualidad anda enamorado, y no para de mirar hacia el patio del vecino, por donde de vez en cuando aparece su amor. Una suculenta me da los buenos días con sus extrañas, apestosas y hermosas flores en forma de estrella.
Así comienza mi mañana, junto a un cafecito, par de huevos, el apagón de media mañana, y tantas ganas de vivir nuevas aventuras que no caben en 24 horas.
¿Y tú? ¿Qué tal vas? Comenta lo que quieras, yo amaré leerte.
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