Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
José Martí.
¡Oh mármol! ¡Oh nieves! ¡Oh inmensa blancura
que esparces doquiera tu casta hermosura!
¡Oh tímida virgen! ¡Oh casta vestal!
Tú estás en la estatua de eterna belleza;
de tu hábito blanco nació la pureza
¡al ángel das alas, sudario al mortal!
Manuel Gutiérrez Nájera
Las blancas flores de la primavera que son peces de un cardumen: Nuestro Cardumen (Fotografía original del autor)
Desde finales del mes de septiembre, cuando inició la primavera por aquí por Santiago, comencé a hacer fotografías de las flores y sus colores. Entre todos ellos, entre los hermosos y muy brillantes violeta y naranja, el blanco fue el que mas atención me robó. Es ese momento comencé a escribir unos textos sobre los colores, en especial, sobre el blanco, que aún no terminan de cuajar.
Chevalier y Gheerbrant precisan, en su maravilloso *Diccionario de los símbolos* que el blanco es el color de la iniciación. De aquel que ha pasado una prueba. Me gustaría usar esa idea para saludar, hoy día de Navidad, a mis amigos del @equipocardumen. Durante este año hemos ido construyendo una comunidad. Una comunidad en torno a la escritura, el arte, la música y las ideas. Una comunidad en donde la fraternidad y el trabajo intelectual han podido convivir: Creo que eso no es muy común. Por eso creo que todos vestimos hoy un hábito blanco: Nos hemos iniciado en alguna clase de sociedad que espero siga creciendo y profundizándose cada vez más. Así que a todos mis amigos de @equipocardumen les deseo una ¡Gran Feliz Navidad!

Unas flores que son ojos de los peces del Cardumen
(Fotografía original del autor editada)
> Todo ocurre
>
> en los ojos
>
> acogedores.
>
> Rafael Cadenas
>
¿Cómo se miran los amigos?
¿Es el armadillo que recorre el mundo protegido?
¿Cómo se miran los amigos?
¿Es el perezoso para quien todo movimiento pesa como el universo?
¿Cómo se miran los amigos?
Tal vez es el ojo de un pez que desde el arrecife mira a la fosa
Fría e insondable.
(Y el se calienta, mientras tanto, allí en el borbollón, de San Antonio).
Pero esa frialdad del abismo lo toca.
Y allí en esa frialdad.
Frente a esa profundidad oscura que pudiera engullirlo
El ojo del pez reconoce otro ojo de pez. Otros ojos de peces.
Y al estar mirando lo mismo: Algo se transforma.
Y entonces. La profundidad. El abismo.
El agua oscura como la pez del golfo de Cariaco
Se transforma en otra cosa.
***

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