En Santiago de Cuba, el café no es solo una bebida, es una ceremonia, un ritual que se entrelaza con la historia y el alma bohemia de la ciudad. Entre calles empinadas, fachadas coloniales y el eco de trovadores, el aroma del café recién colado flota en el aire, invitando a una pausa, a una conversación profunda o a simplemente perder la mirada en el ritmo pausado de la vida santiaguera.
Casa Granda en unos de esos lugares llenos de mágia, dónde te encuentras amistades y surgen proyectos. Dónde llegas para pasar un rato agradable y pasas horas sin darte cuenta.
El café que se sirve aquí lleva el sello de la tierra oriental: fuerte, dulce y con ese espumita que lo hace inconfundible.
Santiago no solo es el templo de la música tradicional cubana, también es un sitio donde el café fluye entre guitarras y décimas. Aquí, entre sones y boleros, puedes pedir un cafecito y dejarte llevar por la esencia más auténtica de Santiago.
Pero si hablamos del Casa Granda también tenemos que hablar de la chocolatería es el lugar mágico donde llegas y el aroma te atrapa.
Porque no puedes ir a Santiago y dejar de probar uno de sus chocolates o tomarte un helado con sabor a café. Esa es mi Santiago una mezcla de tradición de arte de café y chocolate.