Vamos sigue que lo estás haciendo muy bien, estas aclarándome el camino que buen trabajo haces, lárgate cuando más te necesito. Lárgate cuando tus abrazos se conviertan en mi mayor necesidad, huye de mi cuando estoy desierta, cuando no me hallo en ningún lugar, porque sé que mi lugar es junto a ti pero me vuelvo masoquista cuando quiero dejar de amar, cuando quiero saber de qué estás hecho, y saber si aguantaras todo este drama existencial que se resume en una sola cosa “mi vida”. Que se ha perdido en la rutina de de todos lo días, auspiciado por la monotonia de un sinsabor amargo que me castiga al no saber que hacer en esos momento, que no te quiero dejar ir.
Huye sin mirar atrás como solo tú lo sabes hacer sin pensar, matame de la manera más sutil y sin engaños despejando las dudas que creaste. En tu ausencia, me acostumbro a no necesitarte pero no me acostumbro a dejar de extrañarte, te exijo que me devuelvas la luna que te regale en nuestro primer aniversario, cuando dijiste que jamás me dejarías sola, frase que no quiero volver a escuchar. Tal vez piensas que no lo recuerdo pero cada escena ronda en mi mente como una tortura, después que te vi partir sin hacer nada. Desquiciado orgullo que no me deja ver más allá de mis miedos; a enamorarme, a desearte, a no querer soltarte jamás. No quiero que seas mi droga la cual me cueste dejar, quiero amarte en libertad para que puedas volar cuando quieras, tan lejos como lo prefieras, donde puedas ser feliz sin mí y eso me cause paz porque de esos se trata el amor, de no asfixiar, de no agotar, de dejar ser a cada cual, aceptando esos defectos que marcan la humanidad misma de cada quien.
Tu olor aun impregnado en mi conciencia se convierte poco a poco en pestilencia, en la pestilencia que divaga en mi memoria cada mañana imaginando una vida eterna a tu lado, una vida muy incierta de la cual nadie sabe llevar a ciencia cierta. ¡Qué desprovisto de inteligencia eres! Pensé que podrías ser más consciente, a cierta edad las palabras bonitas sin hechos son nada, tenlo presente siempre. Porque me encantan pero me da miedo que sean tan falsas como las nalgas de tu hermana, no quiero verlas volar en el viento junto a besos, manchados de falsedad y arrogancia. Porque aunque no lo escuches de mis labios quiero que te quedes, y crezcamos juntos como una empresa cuyo fin de lucro sea regar amor por doquier. Que podamos decirle a la distancia ¡No pudiste con nosotros! Y las utopías con las que soñamos despiertos se conviertan en una exquisita realidad.
Puedes decir que soy inentendible cuando te quiero de lejos y a veces cerca, porque la vida es dispareja, pero no cambia que te quiera, así que lárgate y quedate una vez más