Esta semana, el tema nos toca el alma. Octubre nos invita a reflexionar sobre dos pilares fundamentales: la salud mental y el cáncer de mama. Y al comenzar noviembre, se nos insta a mirar hacia adentro, a preguntarnos cómo estamos realmente. Las preguntas que nos proponen no solo son pertinentes… ¡dan en el clavo con la realidad de muchas mujeres!

Octubre es, sin duda, mi mes favorito. No solo porque celebramos mi cumpleaños, el de mi hijo y el de mi esposo —¡triple festejo!— sino también porque es el mes rosa 🩷, dedicado a la sensibilización sobre el cáncer de mama. Este tema me toca profundamente: a los 15 años fui operada de fibroadenomas en ambos senos. Viví la angustia de esperar una biopsia, el proceso de recuperación física y emocional, y el impacto de las cicatrices en plena juventud. Fue un cóctel de emociones indescriptible. Gracias a Dios, todo salió bien. Han pasado 25 años y estoy sana, pero sigo siendo rigurosa con mis chequeos para prevenir cualquier eventualidad.
Ya entrando en noviembre, me siento nostálgica, ansiosa, un poco preocupada… pero también feliz. Y cómo no estarlo: a mis 40 años estoy en estado de concepción de mi segundo hijo, ¡después de 10 años! Se imaginarán cómo están mis hormonas, mis pensamientos y todo mi ser… yo diría que a millón 😅. Estoy tratando de llevarlo con calma, de no estresarme demasiado, aunque mi trabajo no ayuda mucho en eso.

Estoy a cargo de 29 niños, y su bienestar académico y personal recae sobre mí. Además de velar por su seguridad mientras están bajo mi tutela. Podría decir que el trabajo no contribuye mucho a mi tranquilidad 😵💫… aunque amo lo que hago 🫶🏻.
Y eso es solo el comienzo del día. Al salir del trabajo, corro —literalmente— a casa para preparar el almuerzo sin descanso, ayudar a mi hijo con sus tareas, revisar actividades pendientes del trabajo, continuar con los quehaceres del hogar… y finalmente acostarme exhausta para repetir la rutina toda la semana. El fin de semana, aunque debería ser para descansar 🫣, lo dedico a planificar la semana, lavar la ropa acumulada, hacer el mercado… y si queda tiempo, salir a pasear un rato.

Pero a pesar de todo, cuando haces las cosas con amor, no hay pesar. Hay satisfacción. La satisfacción de saber que tu familia y quienes están a tu cargo están bien 🫂.
Queridos Amigos Gracias por leer, comentar y votar mi post su apoyo es muy valioso para mí. Los collages, las fotografías y los captures si lo hubieran son de mi autoría y han sido captadas y/o editadas desde mi teléfono TECNO KL5 en la Isla de Margarita/Venezuela