As human beings, we strive to avoid difficulties, yet at the same time, God, with a good purpose, allows those difficulties in our lives.
28 And we know that in all things God works for the good of those who love him, who have been called according to his purpose.
Romans 8:28
If we had the ability to organize our lives the way we wanted, to have that dream life, I'm very sure that each of us would avoid going through difficult times 100%. Even so, God's word shows us and teaches us that difficulties have a purpose in our lives; every storm has a lesson for our blessing.
22 But the fruit of the Spirit is love, joy, peace, patience, kindness, goodness, faithfulness,
Galatians 5:22
In these times of difficulty, they manifest themselves in our habits and attitudes, which we often hide, for example, anger, impatience, or not depending on the Lord. And God uses the Holy Spirit so that in these trials we are polished, purified, and thus this same Holy Spirit produces fruit in us.
When everything is perfectly fine, it is very likely and almost certain that we forget the Lord or spend less time than necessary, taking everything for granted. Unlike in difficult times when we kneel in prayer for help, we ask for guidance and in this way we have a much more intense search for God. God desires to form us into Christ Himself, transforming everything in us, our way of thinking, our character, so that everything points to Christ so that we may draw closer to Him daily, thus experiencing His love and devotion.
Trials may be diverse, but there's one common thread running through them all. God can use every trial to our advantage, for our good and for His glory. That's why we must let God act, leaving behind our reactions contrary to goodness. And we must learn from the various trials, experiencing a much more intimate communion with our God.
Como seres humanos nos esforzamos por evitar las dificultades, al mismo momento Dios con un buen propósito permite dichas dificultades en nuestras vidas.
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28
Si tuviésemos la capacidad de armar nuestra vida como quisiéramos, de tener esa vida soñada, estoy muy seguro que cada uno de nosotros evitaríamos 100% atravesar momentos difíciles. Aún así, la palabra de Dios nos muestra y nos enseña que las dificultades tienen un propósito en nuestras vidas, cada tormenta tiene una lección para nuestra bendición.
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gálatas 5:22
En estos tiempos de dificultad se manifiestan en nuestros hábitos y nuestras actitudes que muchas veces ocultamos, por ejemplo el enojo, la impaciencia o no depender del señor. Y Dios utiliza el espíritu Santo para que en estas pruebas seamos pulidos, purificados y de esa forma que este mismo espíritu Santo produzca fruto nosotros.
Cuando todo está perfectamente bien, es muy probable y casi seguro que nos olvidamos del señor o pasamos menos tiempo del que necesitarían, damos por sentado todo. A diferencia de los tiempos difíciles en que nos ponemos de rodillas en oración para pedir socorro, pedimos la guía y de esa manera tenemos una búsqueda mucho más intensa de Dios.. Dios desea formar nosotros a Cristo mismo, transformando todo en nosotros, nuestra forma de pensar, nuestro carácter y que todo apunte a Cristo para que nos acerquemos diariamente a él experimentando así su amor y devoción.
Las pruebas pueden ser diversas pero hay un factor común en todo. Dios puede utilizar cada prueba a nuestro favor, para nuestro bien y para su gloria. Es por ello que debemos dejar que Dios actúe dejando atrás nuestra reacción contraria a la bondad Y aprendizaje en las diversas pruebas experimentando si una comunión mucho más íntima con nuestro Dios.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
