Just as the Lord has blessed us abundantly, we should be generous and provide for the needs of others in some way.
Praise belongs to you in Zion, O God, And to you shall be paid. 2 You hear prayer; To you shall all flesh come. 3 Iniquities prevail against me, But you will forgive our transgressions. 4 Blessed is the one you choose and draw to yourself, To dwell in your courts. We shall be satisfied with the goodness of your house, Of your holy temple. 5 You will answer us with fearful things in righteousness, O God of our salvation, The hope of all the ends of the earth, And of the uttermost parts of the sea. 6 You establish the mountains by your power, Girded with might; 7 He stills the roaring of the seas, the roaring of their waves, and the tumult of the nations. 8 Therefore the inhabitants of the ends of the earth fear your wonders. You make the goings forth of the morning and the evening to be joyful. 9 You visit the earth and water it; You greatly enrich it; With the river of God, full of water, You prepare their grain, when you so prepare it. 10 You make its furrows watered, You make its channels run low; You soften it with showers, You bless its shoots. 11 You crown the year with your bounty, And your clouds drop down fatness. 12 They drip over the pastures of the desert, And the hills are girded with joy. 13 The plains are clothed with flocks, And the valleys are covered with grain; They shout for joy, they even sing.
Psalm 65:1-3
Let us pause to think of just one time when the Lord has been greatly generous to us. Here we read that he created the heavens, the earth, and everything in them; he made light to give us life; he sends rain to the earth to sustain life and quench our thirst.
God sends his abundant provision to meet all our needs, whether physical, emotional, or spiritual. All of this should astonish us. Furthermore, his generosity is truly abundant because he has met our spiritual needs as no one else could have. He has sent his son, Jesus Christ, to take our place, to meet the need to die in order to be born into a new life. Thus, we are reconciled with God with the possibility of receiving the abundant blessings God had prepared for us. God transforms us day by day. His Holy Spirit guides us and forms us into one body, like a church. All of this and much more allows us to be generous at all times. And as I say, this doesn't end here on earth.
for an inheritance that is imperishable, undefiled, and unfading, reserved in heaven for you,
1 Peter 1:4
In Revelation chapters 21 and 22, we have a clear description of a new heaven and a new earth, places of great abundance prepared for us, since God has promised us an inheritance in heaven, even far beyond what we can understand.
God has been good, he has been abundantly generous, he has provided us with everything we need and much more. All that remains for us is to be grateful, and this not only to God, but also to other people, taking God Himself as our example, who not only attends to our physical needs, but goes far beyond. We too can spiritually help our fellow believers and those who do not yet know God. We can make Jesus known through the preaching of the Gospel to every creature, especially those who do not know the abundance of Jesus.
Así como el señor nos ha bendecido en abundancia, debemos ser generoso y suplir de alguna manera la necesidades de las demás personas.
Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos. 2 Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. 3 Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás. 4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo. 5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar. 6 Tú, el que afirma los montes con su poder, Ceñido de valentía; 7 El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones. 8 Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde. 9 Visitas la tierra, y la riegas; En gran manera la enriqueces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones. 10 Haces que se empapen sus surcos, Haces descender sus canales; La ablandas con lluvias, Bendices sus renuevos. 11 Tú coronas el año con tus bienes, Y tus nubes destilan grosura. 12 Destilan sobre los pastizales del desierto, Y los collados se ciñen de alegría. 13 Se visten de manadas los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, y aun cantan.
Salmos 65:1-3
Detengámonos a pensar solamente en una vez en el que el señor ha sido grandemente generoso con nosotros, aquí leemos que él ha creado el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos, hizo la luz para darnos vida envía la lluvia a la tierra para mantener la vida y saciar nuestra sed.
Dios envía su provisión abundante para suplir todas nuestras necesidades ya sean físicas, emocionales como espirituales, todo esto debería sorprendernos. Además: su generosidad es realmente abundante porque ha suplido nuestra necesidad espiritual como nadie podría haberlo hecho, ha enviado a su hijo Jesucristo para que tomaran nuestro lugar, para suplir la necesidad de morir para nacer en una nueva vida y así somos reconciliados con Dios con la posibilidad de recibir las bendiciones abundantes que Dios tenía preparado para nosotros. Dios nos transforma día a día, su espíritu Santo nos guía y nos conforma en un cuerpo como una iglesia, todo esto y mucho más allá nos permite ser generosos en todo momento, Y como digo, esto no termina aquí en la tierra.
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
1 Pedro 1:4
En Apocalipsis capítulo 21 y 22 tenemos una descripción clara de un cielo nuevo y una tierra nueva, lugares de gran abundancia preparada para nosotros ya que Dios nos ha prometido una herencia en los cielos, aún mucho más allá de lo que nosotros podemos entender.
Dios sido bueno, ha sido abundantemente generoso, nos ha provisto con todo lo que necesitamos y mucho más, de nuestra parte solamente resta ser gratos y esto no solamente con Dios, también para con las demás personas teniendo como ejemplo al mismo Dios, quien no sólo atiende nuestras necesidades físicas, él va mucho más allá. Nosotros también podemos ayudar espiritualmente a los hermanos de la fe y a los que aún no conocen a Dios, podemos dar a conocer a Jesús a través de la predicación del Evangelio a toda criatura sobre todo aquellos que no conocen de las abundancia de Jesús.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
