Tic-tac grita el reloj, cansado de dar vueltas sin destino: da las 10 y las 11 y las 12. y sigue sin darse por vencido; esperando encontrar el camino.
Reloj, deténte y crea el bosuejo de los sueños compartidos; ¿serás montañas o cangrejo? ¿serás el sabio o serás el viejo?
Reljo, no marques las despedidas, que las calles se llamen melancolía, que el azul no sea celeste, y que pueda, una vez más quererte...
-Dann Axkaná