Hoy sentí realmente mucha emocion cuando de manera inesperada me encontré con lo que considero un buen amigo de la infancia.
Paseaba yo por la amplia y soleada avenida de mi pequeña ciudad de campo, cuando casi llegando a lo que en principio fue la antigua Plaza de Armas, justo al frente a la parroquia municipal y al mirar hacia la acera derecha, en la esquina redescubrí la Librería municipal con su reducido espacio donde en unos escasos anaqueles dormitan también unos escasos ejemplares de libros de diferentes generos literarios.
Al fondo un par de vitrinas para los utiles escolares. Algunos libros de uso., Y otras misceláneas. Hice un primer intento de dirigirme hacia el lugar, pero desistí, y reinicie de nuevo la marcha. Pero mi cabeza ladeaba hacia la libreria, y decidí entrar.
Heche un vistazo panorámico, y ... nada nuevo o de interés. Pero por curiosidad miro hacia la parte de abajo de una vitrina y... De veras me emocioné al reencontrarme con aquella portada que de pronto traspasó decenas de años para dibujar en mi memoria a un niño sentado en rustico sillón de madera, hecho con tablillas de cajas para productos del agro, con los pies encorvados y un libro entre sus pequeñas manos, mientras los demas muchachos del barrio correteaban por toda la vecindad en sus juegos tradicionales. Aquel niño era yo, y el libro, este que desde la vitrina me miraba, quizás tambien asombrado por mi reacción, o por el reencuentro. El libro!: Los conquistadores del fuego.
Hoy cuando emocionado revise portada, contra portada, Reverso, y todo lo que anticipa datos para saber que tipo de libro se tiene en las manos, me pareció que por primera vez habia visto el nombre de J H, Rosny, el escritor francés que publicó el texto en el año 1911 con el titulo de La guera del fuego.
Este ejemplar, igual al que yo ley en mi infancia, fue publicado por la editorial letras cubanas en el año 1974. En aquel entonces mi unica preocupación Literaria era la de leer, sin entrar, por pura ignorancia infantil en otras cuestiones de la lectura. Puro disfrute de la historia que despues de tanto tiempo aun conservo a travez de escenas que me dibujaron un mundo prehistórico y primitivo. Una cultura donde lo animista y lo totemico se delata como raíz anticipada de lo mistico y lo religioso.
Visto desde ahora, puedo entender por qué el libro me atrapó en su lectura sin treguas y casi sin pausas, pues esta escrito en un ritmo dinámico, donde se describe la estructura social de las tribus, sus hábitos y costumbres, según la informacion con que contaba el autor en su epoca sobre es periodo en la evolucion de la especie humana.
Recuerdo que un personaje de los buenos, decía llamarse "el hijo del Uro" una especie de bisonte, del que pretendia ser descendiente, y del que habia heredado su fortaleza física y su valor.
Toda la historia especulativa trasciende en el marco de la comunidades primitiva y marra el esfuerzo de sus habitantes de proveer y a la comarca del fuego y sus beneficios. Elemento que perdieron y que en otras tribus conservaban. Para este menester salieron dos grupos de tres guerreros cada uno, hacia puntos opuestos, uno para el Este y el otro en sentido contrario con el mismo objetivo.
Recuerdo que lei Conquistadores del fuego.en muy pocas sesiones, casi siempre por las tardes después de regresar de la escuela, fascinado por la historia y por el ritmo de los acontecimiento.
Enfrentamientos a Osos, Mamuts, Leones, y al final la lucha a muerte contra el grupo de La propia tribu, que pretende arrebatar la primacia y el honor a los verdaderos conquistadores. Combate que termina en la coronación justa de los vencedores.
Atrapado por la prosa limpia y fresca del estilo de aventura, y por las magnificas ilustraciones a tinta en blanco y negro, recomiendo la lectura de este fabuloso libro. Mi primer libro fuera de los textos escolares del que en decenas de años no he podido desprenderme.
Gracias por acompañarme
Englis versión.
Today I was really moved when I unexpectedly ran into what I consider to be a good childhood friend.
I was walking along the wide and sunny avenue of my small country town, when almost arriving at what was originally the old Plaza de Armas, just in front of the municipal parish and looking towards the right sidewalk, on the corner I rediscovered the municipal bookstore with its reduced space where in some scarce shelves doze a few copies of books of different literary genres.
At the back, a couple of display cases for school supplies. Some books of use, and other miscellaneous. I made a first attempt to head towards the place, but I gave up and started walking again. But my head was cocked towards the bookstore, and I decided to go in.
Take a panoramic look, and ... nothing new or of interest. But out of curiosity I looked at the bottom of a display case and.... I was really moved when I came across that cover that suddenly crossed dozens of years to draw in my memory a child sitting in a rustic wooden armchair, made with slats from farm produce boxes, with his feet bent and a book in his small hands, while the other boys of the neighborhood were running around the neighborhood in their traditional games. That boy was me, and the book, this one, who from the showcase was looking at me, perhaps also amazed by my reaction, or by the reunion. The book: The Conquerors of Fire.
Today, when I excitedly reviewed the front cover, back cover, verso, and all that anticipates data to know what kind of book you have in your hands, it seemed to me that for the first time I had seen the name of J H, Rosny, the French writer who published the text in 1911 with the title of La guera del fuego.
This copy, the same as the one I read in my childhood, was published by Letras Cubanas in 1974. At that time my only literary preoccupation was to read, without entering, by pure childish ignorance in other questions of reading. Pure enjoyment of the story that after so much time I still keep through scenes that drew me a prehistoric and primitive world. A culture where the animist and totemic is revealed as an anticipated root of the mystical and religious.
Seen from now on, I can understand why the book caught me in its reading without breaks and almost without pauses, because it is written in a dynamic rhythm, where the social structure of the tribes, their habits and customs are described, according to the information the author had at the time about this period in the evolution of the human species.
I remember that one of the good characters claimed to be called "the son of the Uro", a kind of bison, of which he claimed to be a descendant, and from which he had inherited his physical strength and courage.
All the speculative history transcends in the frame of the primitive communities and marks the effort of its inhabitants to provide the region with fire and its benefits. Element that they lost and that in other tribes they conserved. For this purpose they left two groups of three warriors each, towards opposite points, one for the East and the other in the opposite direction with the same objective.
I remember that I read Conquerors of Fire in very few sessions, almost always in the afternoons after returning from school, fascinated by the story and by the rhythm of the events.
Confrontations with Bears, Mammoths, Lions, and in the end the fight to the death against the group of the tribe itself, which intends to snatch the primacy and the honor to the real conquerors. Combat that ends in the fair coronation of the victors.
Caught by the clean and fresh prose of the adventure style, and by the magnificent black and white ink illustrations, I recommend reading this fabulous book. My first book outside of school textbooks that I have not been able to put down in dozens of years.
Thank you for accompanying me
Photos taken with my cell phone on the illustrations of the book.
