#
“Conversando con el Demonio”
(Séptima Parte)
“La muerte llama a la puerta”
Antes de leer esta entrega, te invito a leer las anteriores, dando un simple clic:

El maldito ser tenía el poder de poseer los cuerpos de las demás personas. Me sorprendía este particular hecho; todo estaba concebido bajo la lúgubre mano de la demencia. Ver a Jazmín en aquel morboso estado dejaba al descubierto lo que pensaba.
— Esta no puede ser la realidad… Y mucho menos lo que me está sucediendo. —
Al cabo de unos segundos una voz comenzó a retumbar en medio de la escena, una voz muy, pero muy familiar.
#
—¡Señor Nox! ¡Señor, por favor!… ¡Despierte!… La cena está lista. —
#
— Mmmm… Aah… Sofía, eres tú. —
#
Todo fue una pesadilla. Sofía estaba de pie, observándome, distanciada a no más de dos pasos del sofá de donde yacía acostado. El reproductor seguía sonando, la música de Bach dominaba la atmosfera.
— Realmente todo fue un sueño. —
Dije a mis adentros.
Me senté en el sofá, soñoliento, restregando mis ojos y secando la saliva que había salido por un costado de mi boca (Esa desagradable baba que sale algunas veces cuando dormimos plácidamente).

— Sí señor, la misma que viste y calza, je, je, je. Al parecer se ha quedado profundamente dormido, por lo visto tuvo un día bastante agitado. Me disculpa que lo haya interrumpido de esta manera, pero la cena ya está lista y servida en la mesa. Yo, debo retirarme, señor, mis disculpas por no haberle comunicado con anticipación esta sorpresiva salida, pero la urgencia amerita y mi presencia es requerida inmediatamente… Además, Carlos ya me está esperando a las afueras. —
Mis ojos recorrían todo el lugar esperando encontrar a ese personaje extraño que me persigue constantemente, pese a la intensa búsqueda visual no di con él, había desaparecido.
— ¿En qué momento me habría quedado dormido?... Gracias Sofía, gracias por la cena… Oye… ¿Te encuentras bien?... Te noto… Un tanto nerviosa. —
— Tal vez sea por la situación a la que me estoy enfrentando, y, la que le contaré a su debido momento. En verdad debo irme, así que, con su permiso, me retiro, señor. —
— Está bien, no hay ningún problema Sofía puedes marcharte. Recuerda: cualquier cosa que necesites me avisas. Sabes muy bien y de antemano que cuentas conmigo para cualquier eventualidad que pudieras acarrear. —
— Gracias señor, si la situación lo merece no duraré en comunicarme con usted, hasta luego… Ah, por cierto, no olvide levantar el plato luego de haber cenado, gracias por todo señor, feliz noche. —
Sofía salió dejándome intrigado, esta repentina salida lo aludo a un familiar que tal vez enfermó o en peor de los casos transita en el lecho de los muertos o se encuentra a punto de morir en los brazos de la dama muerte. Sin embargo, algo no andaba bien. Le tengo bastante aprecio a Sofía y hay algo dentro de sus palabras que no me terminan de convencer. Pero… Posiblemente estaba exagerando las cosas por el sabor dulce amargo que me dejó aquel peculiar sueño. Hice caso omiso a mi sentido, a aquella vocecilla dentro de mi cabeza que me punzaba como abeja a su víctima. Me levanté, el hambre me estaba devorando el estómago. Al dar dos pasos sentí como si estuviese mojado en el entre piernas, fijé la mirada allí y para mi sorpresa, había eyaculado en mi ropa interior y la humedad del semen había traspasado el bóxer y mojado el pantalón.
— Maldita sea ¿Qué es esto? Soy un imbécil… ¡Un sueño húmedo!... ¿A mí? ¿Cómo me puede ocurrir estas cosas?... Por lo menos sé que le tengo muchas ganas a Jazmín, ja, ja, ja… Debo de quitarme este apetito por esa piel morena lo más pronto posible, mi cuerpo lo pide a chorros, ja, ja, ja. —
Dije mientras iba en dirección al tocador.
Bañarme, refrescarme un poco, debía tratar que el agua fría bajara la calentura producida por el delicioso pecado de desear a una mujer. Mis expectativas se cuestionaban entre colocarme algo más cómodo o nada, total, hoy me encontraba a solas y podía disfrutar de la libertad que ofrece la desnudes, no es que no lo pudiera hacer, pero mi pudor no me lo permitía, no con Sofía por aquí y, tampoco buscaba pretenderla para llevarla a la cama. Ella me hacía sentir un cariño mucho más filial de lo acostumbrado, es por ello que simplemente deseaba que todo se quedará en plano del respeto.

El sonido del celular interrumpió colocándose de una manera estrepitosa por encima de la melodía perfecta de Bach, ***(Una llamada entrante)***. Regresé rápidamente a la sala, mis deseos pecaminosos ascendieron frenéticamente esperando que mi sueño se hiciera perceptible en mi presente, ansiaba a mis adentros que Jazmín fuese quien me estuviese llamando. Lo Agarré, en la pantalla se mostraba un peculiar nombre: “Sombra”, — Sombra era el nombre de uno de mis agentes en el medio oriente, uno que servía como mediador entre aquellos fanáticos terrorista árabes dementes y yo. No obstante, le estaba estrictamente prohibido contactarme por cualquier medio, sólo mi persona tenía ese privilegio. La llamada me parecía bastante irritante. —
— ¡Sombra, tienes por entendido que jamás puedes llamarme! —
Contesté molesto.
— Lo sé, Nox… —
Me interrumpió.
— Escúchame con atención… Las cosas por aquí están bastante agitadas, y no podía esperar a que tú me llamases para poder ponerte al tanto de la actual situación… Así que no le daré muchas vueltas al asunto. Tu nombre a salido a relucir dentro en unos documentos clasificados que fueron a parar en las manos de ciertos terroristas.
El pasado mes julio debido a los bombardeos realizados por parte de E.E.U.U a Siria y donde Palestina también cobró su parte en el atentado, un éxodo masivo de palestinos y sirios obligados a sobrevivir están huyendo de este infierno arenoso. No obstante, muchas personas de poder han logrado utilizar esta sangrienta situación a su beneficio. Miles de árabes kamikazes están, en estos momentos, arribando a muchos países con el ridículo pretexto de ser víctimas de la guerra, ocultos en el más vil de los engaños, piden inescrupulosamente asilo en muchos países.
El gobierno venezolano demostrando su supuesta dolencia internacional ha patrocinado la llegada a ese territorio de muchos individuos de este país en conflicto, todo como parte de pago de la deuda que tienen acarreado con árabes terroristas, y, para tapar toda la verdad, han mostrado en televisión un estupendo show de unos dizques civiles que fueron afectados por los bombardeos.
Tanto tú como yo sabemos que no son más que patrañas. Aquel día los desgraciados mostraron a unos niños, supuestos huérfanos que la muerte dejó vivos, lo cierto es que ellos son carne fresca de algunos pedófilos árabes que los usan para sus fechorías sexuales. Pese a que los periodistas estaban allí no mostraron la verdad que ocultaba aquel siniestro avión. —
— Eso lo sé, Sombra. —
Lo interrumpí.
— ¿Qué relación existe entre esos papeles, los árabes y yo? —
— Dentro de ese avión un grupo llamado: “Justicia Divina”, según mis fuentes, viene a por ti. Estas son las consecuencias de la guerra que le acabamos de declarar a aquellos africanos por la toma de sus tierras a la fuerza. Ellos ya están haciendo su jugada en el tablero de ajedrez… Y tú… Eres la pieza que quieren eliminar, el alfil. —
— ¡¿Cómo es eso posible, Sombra?! ¿Cómo unos simples africanos van a tener el dinero suficiente para contratar a unos asesinos? No lo creo. —
— Créelo, Nox. De lo que no nos percatamos fue que los desgraciados ya habían dado con los yacimientos de diamantes mucho antes que nosotros y, actuando bajo perfil, nadie sospecho. Lo cierto de todo esto Nox, es que tu nombre yace escrito en una lista larga de personas a eliminar. La muerte viene por ti vestida de arena… Debes cuidarte y no confiar en nadie.
Por ahora debo colgar, realizare algunas averiguaciones. Esto apenas es la punta del iceberg, hay muchas cosas más que perturban mi tranquilidad, mientras tanto sólo puedo decirte que estés preparado para cualquier eventualidad, si mis especulaciones son ciertas, en los próximos minutos recibirás otra llamada mía. —
— Quedo al pendiente de tu llamada, Sombra… Hablaré con mis contactos de esta zona, algo deben de saber algunos de ellos. —
Colgué.

He aprendido en todos estos años de opresión y lucha de poder por simple deseo, que siempre hay que estar precavido y tener constantemente el cuerpo funcionando al 100% de su capacidad; debía asearme lo más pronto posible y comer. Mi cuerpo necesitaba recobrar energías para lo que al parecer sería una larga noche. Necesitaba averiguar quienes deseaban mi muerte.
Me bañé, vestí y comí; al levantarme de la mesa del comedor donde Sofía había servido la comida, el maldito ser apareció.
— A buena hora apareces… Preciso respuestas con respecto a todo esto que está ocurriendo, y tú… (Lo señale con el dedo) Debes ayudarme. —
Le dije al ser.
— Al parecer me he perdido de muchas cosas en tan solo unos minutos de ausencia… ¿Y por qué un ser que no posee ni principio ni fin debería ayudar a un simple mortal? —
— Déjate de estupideces maldito, no tengo tiempo para ti, debo saber quién anda detrás de todo este espectáculo de mierda. —
Le comenté bajo el efecto de la ira.
De salida me coloqué el saco, abrí la puerta y un recuerdo surcó mi mente, el recuerdo donde Sofía me indicaba que levantase el plato luego de haber comido. Ella no pronunciaría esas palabras de no ser que hubiera la necesitad de hacerlo.
Regresé al comedor, levanté el plato,
— Estaba en lo cierto —
, un trozo de papel, yacía en el lugar y en él algunas palabras que expresaban lo siguiente:

Esto me estaba socavando la paciencia, muchos hilos sueltos que debía de unir para poder saber quién era el imbécil que con tanto esmero quiere mi cabeza. Tanta intriga y misterio, pero sobre todo me sacaba de quicio no saber nada.
Me acerqué a la chimenea y tiré la hoja al fuego.
— Nox, apresúrate, sal de aquí, ya están en las afueras algunos de los que desean asesinarte. —
Me comentó el ser quien observaba por la ventana.
— Estás metido en bastantes aprietos, Nox. —
— Maldita sea, es verdad. Debo salir de aquí lo más pronto posible. —
Le comenté al ser al asomarme por la ventana y corroborar que lo que decía era verdad.
Sonó nuevamente el celular, Sombra volvía a llamar.
— Dime, Sombra ¿Que me tienes? —
Le Contesté.
— Nox sal de allí, ya van a por ti. —
— Dime algo que no sepa, ya los vi, les dispararon a los vigilantes y ya tienen tomada la entrada principal, pero descuida siempre estoy precavido para algo así. —
Comencé mi plan de huida, el departamento estaba equipado con un pasadizo oculto en una de las paredes que daban con un pequeño estacionamiento subterráneo en la parte de atrás del edificio, y dentro de él un vehículo blindado, en el interior de éste algunas armas.
— No estoy muy seguro, pero creo que hay muchas personas interesadas en borrarte del mapa. —
— Por favor Sombra. —
Le insinué con algo de sarcasmos en mi hablar.
— alrededor del mundo tengo a muchos enemigos, es algo obvio debido a mi trabajo. —
Caminé hasta la entrada oculta del pasadizo, ubicada debajo del lava manos del baño, algo incómodo para entrar y estar, el sitio ideal para un escondrijo.
— De eso estoy más claro que el agua, pero al parecer tu circulo de personas confiable han perecido ante la mano sucia de la corrupción y te han vendido a un elevado precio que ni siquiera tú podrías costear, y adivina… Tu captura o asesinato fue cancelada en diamantes. —
Me situé en el interior del estrecho lugar, el cual se convertía en un pequeño ascensor. Accioné el interruptor del mecanismo para comenzar mi descenso. Mi oído logro captar la llegada de mis enemigos al departamento, la puerta cedió ante las balas.
— Esos malditos… Sombra, perderé señal, dentro de un momento te devuelvo la llamada. —
Le colgué.

Llegué al pequeño estacionamiento, le di una ojeada al lugar me cercioré que no hubiese nadie esperando a por mí; luego de confirma mi seguridad emprendí mi camino hacía el vehículo aparcado. Una vez dentro, me armé. Dos nueve milímetros guardadas en una guinda que me coloqué debajo del saco de mi traje, otra pistola de calibre 5 milímetros guardada en una de mis piernas, una suba ametralladora y una escopeta. Estaba listo, sólo faltaba encender el auto.
— Esto está tomando un giro inesperado. Yo quería hablar de filosofía y mira con lo que me encontré… Con toda una película de acción, ja, ja, ja. —
Me dijo el ser al reaparecer sentado en el asiento del copiloto.
— No empieces con tus idioteces, necesito concentrarme para poder salir vivo de esta. Al parecer tienen rodeado todo el edificio… ¡Esos malditos desgraciados! —
Encendí el vehículo, un Mustang del 73 modificado. Un color negro pigmentaba la carrocería, dos franjas blancas surcaban de punta a punta y dividían por el medio el cuerpo de metal. En verdad que me fascina ese auto.
Observé el reloj, eran las 11:43 p.m. de la noche.
— Es hora de saber si podré ver el amanecer o caeré inerte ante el beso frio de la muerte. —
Le insinué al ser.
Abrí la compuerta que daba con la calle posterior del edificio mediante un control remoto situado dentro del auto, salí a toda marcha, con el acelerador a fondo.
Varios sujetos armados con ametralladoras nos dieron una calurosa bienvenida tras convertir la quietud de la noche en un pandemonio de disparos. Y como parte de este miserable show no podían faltar los funcionarios de la policía bolivariana y algunos guardias que, disparaban a discreción. Por otra parte, fue tan rápida mi acción que pude sortear a muchos vehículos y comenzar mi frenética huida por las calles de valencia en medio de un mar de balas. Por suerte, este país tercermundista no tiene los mecanismos necesarios para poder vencer o capturar a alguien en una persecución, tenía todas las de ganar. Tomé la avenida bolívar norte de valencia/ Venezuela tratando de idear a donde podría ir o escapar. Pensé en dirigirme a la autopista principal.
— Esa idea es bastante descabellada y probablemente daría con tu pronta captura. —
Me indicó el ser.
— Es mejor que te dirijas hacía el trigal sur (Una localidad repleta de personas),
y trates de perderlo en medio de las zonas urbanas. —
#
—Tienes toda la razón. Por fin algo en lo que estoy de acuerdo contigo. —
Me dirigí hasta aquel lugar, mientras un Jeep Ford de color verde claro utilizadas por los militares para hacer sus fechorías, de las apodadas “machito” nos perseguía y cuyo chofer y copiloto no cesaban de dispararnos. La recubierta del carro aguantaba lo bastante bien, las balas rebotaban una tras otra.
#
Mi desconcierto fue vislumbrado por un vehículo que sorpresivamente salió de la nada desde una esquina he impacto fuertemente contra el auto de nuestros perseguidores. Por mi parte no me detuve para saber quién estaba detrás de ese accidente, así que continué con mi camino. Varios kilómetros delante reduje la velocidad, me calmé y una llamada entro en un celular de línea CDMA ubicado en el tablero del vehículo.

— ¿Quién llama? —
Respondí desconcertado.
#
— ¿Nox? ¿Eres tú? Soy Jazmín. —
#
— ¡¿Jazmín?! ¿Y cómo conseguiste este número? —
#
— ¿Así le hablas a tu salvadora? ¿Ni siquiera un… ¿Cómo estás?… Por lo menos ¿No lo crees? —
#
— ¿Salvadora? ¿De qué… a ver? —
#
— Nox, te acabo de salvar la vida, fui yo quien impacto el auto que iba a tu persecución. —
#
— ¿Cómo supiste que estaba en aprietos y cómo sabes que alguien me persigue? —
Le