A veces, somos gatos perdemos 1 de siete vidas intentando reparar algo que nació ya roto.
Una más apostando por sueños en el juego de la vida.
Otra nos la robó nuestro primer amor en algún momento.
Por cuarta vez morimos al perder nuestra inocencia en el momento de ser adultos.
Aquí en este punto la dividimos para comprar boletos de lotería en el sorteo de las felicidades en el mundo.
Por sexta vez los padres van ganando, al haber entregado el último boleto en una cama, que nueve meses después se volvió sala de parto y ya no eran 2 sino 3 y la suma total era un nueve.