Mi vida va transitando por la autopista del tiempo, hasta llegar a los 34 años que tengo actualmente, quizás es poco tiempo aún, pero ya van pesando. Entre todo ese tiempo recorrido, hoy me detendré en ese joven estudiante de enfermería que, por primera vez, tenía en sus manos un aparato de cómputo portátil como los que solo se les veía a los extranjeros que venían a estudiar medicina en nuestro país, así como algunos casos excepcionales de naturales, que se lo podían permitir.
El culpable fue mi hermano, médico que se encontraba cumpliendo misión en Venezuela, país donde unos años después decidiera quedarse. Mi hermano nos trajo una laptop, porque en aquel tiempo no había internet en Cuba como ahora, apenas teníamos un Nokia de teclitas donde regularmente nos pasaba SMS, contándonos sobre su estancia por allá. Pensó en una laptop para que pudiéramos escribirle ampliamente todo sobre nosotros aquí, a la para recibir correos sobre las buenas nuevas que él tenía que contarnos.

Me emocioné tanto esa vez que vino de vacaciones con la computadora portátil, que de la emoción cometí la estupidez de enganchar el bolso con la PC dentro, en un perchero del closet. Perchero que fue confeccionado de alambre, el más débil de los materiales metálicos, cobre. Aquí le decimos alambre dulce. Ese día aprendí que donde mejor estaba guardada la laptop era en el piso, a donde fue a parar aquel milagroso aparato que no llevaba ni 8 horas en la casa y ya estaba bautizado con un golpe en una esquina.
Por suerte, era una Dell 360 que tal parecía que la fabricaron los rusos, famosos en crear cosas duraderas y aguanta golpes. Ese día también aprendí que las cosas antes de hacerlas hay que pensarlas muy bien, mucho más cuando se trata de cosas sensibles que cuestan dinero. Comenzaría también mi trauma de valorar demasiado lo material, o para que se lea bonito, cariño a las cosas que cuestan esfuerzo.

Mi hermano no dijo nada de aquel suceso, lo tomó como una broma que ha durado muchos años, a pesar de que seguro escondió su angustia, entendió que solos éramos niños con un juguete nuevo. Para alguien como mi hermano y yo, que la pasamos bien difícil en nuestra etapa de adolescencia, si de poseer bienes materiales se trata, a los que algunos les podían llegar, a nosotros nos tocaba mirar de lejos.
Teníamos bien claro lo de valorar las cosas, precisamente porque sabíamos de dónde salían. El trabajo costaba llegar a esas metas. La Dell 360 tuvo su preferencia en cuanto a propósito, los correos a mi hermano, hasta los dos años que duro la batería, aunque siempre estuvo la opción del cable de alimentación. Todo cambio después de diciembre del 2018, cuando comenzaron las primeras conexiones a internet por datos móviles.

Con el tiempo el correo electrónico paso a un segundo plano, comenzamos a usar videollamadas en IMO, hasta que descubrimos WhatsApp, Facebook, Messenger, en fin, la Dell 360 paso a un segundo plano de entretenimiento casual para ver alguna película u otro material audiovisual grabadas en memorias USB. Después de tantos años, aún sigue ahí, resistiendo los embates del tiempo, luchando con la caducidad de su lento procesamiento debido a la obsolescencia.

Llegó el momento de que se empezó a utilizar como PC de escritorio, ya que sus bisagras comenzaron a deteriorarse, también producto de aquel fatídico golpe que la bautizara como la mejor del mundo. No tengo conocimiento de si alguien que aún posea una Dell 360 de su tipo con vida, esta se ha comido dos cargadores y ahí está dando la pelea todavía.

Luego de un tiempo creando contenido acá en #hive, pensé que era el momento de comprarme una laptop nueva, ya que todo lo hacía con el móvil. La Dell 360 no podía correr en la Internet como se requiere en estos días. Entre las tantas cosas que me ha permitido tener el haberme permitido conocer este mundo de las criptomonedas, incluso antes de hive, es precisamente ir alcanzando metas que quería adquirir. Pero había una que pesaba demasiado: una laptop nueva.

Me tomó mucho tiempo decidirme observando cada movimiento de mis amigos con sus compras online. La novedad de un supuesto Amazon cubano que te permitía traer cosas hasta la puerta de tu casa parecía tentadora. Observé cómo los muchachos del grupo de WhatsApp donde iban colocando sus compras recibidas como si fuera tan fácil, pero a nadie se le había ocurrido encargar una laptop.

Hasta que vine a cometer el impulso de creer que algo tan sensible, llegaría completamente sano a casa, basado en un usuario cubano que en la red social X dejaba un mensaje de agradecimiento a dicha agencia por haberle traído su portátil. Tenía fe de que sí, pero era demasiada positividad de mi parte. Hace apenas unas cuantas horas o quizás día y medio, recibí mi paquete encargado con la importadora Weshipyou, donde entre las cosas que compré del más allá, estaba una laptop encargada en Amazon.

Cada día de espera pareció una eternidad, pero la entrega fue a tiempo; sin embargo, la alegría desmedida de recibir ese anhelado paquete, fue arrancada de mi rostro, luego abrir la caja donde venía el portátil. Fue lo primero que abrí, obviamente, tenía la fe, o ese presentimiento de que con un poco de suerte todo iba a llegar bien. Inocentemente, mientras iba abriendo aquella caja con un pequeño nudo en la garganta tras ver magulladuras en la propia envoltura, tomaba fotos del procedimiento como para compartir un post de este sueño realizado, mi sueño, fruto de mi esfuerzo.

Éramos tres en ese momento en la casa, mi padre, mi hijo y yo, nos moríamos de los deseos de ver las cosas. Pero sucedió lo inevitable, lo que sabía que iba a suceder. La laptop tenía claras evidencias de no haber sido tratada con ninguna piedad. ¿Quién fuera el culpable, no sé, quién podía saber que en ese saco de varias cajas había un portátil, moderno sí, pero prácticamente de juguete? La misma esquina que sufrió el impacto de la caída de la Dell 360 en aquella etapa de estudiante de enfermería me perseguiría como una maldición.

Pero no solo fue un golpe en este material completamente plástico, el golpe final al corazón fue al abrir la pantalla de la laptop, donde se dejaba ver la violencia de esa parte izquierda que hasta la pantalla estrelló, dejándole correr un sangrado de tinta en la esquina que estará ahí hasta que se propague por toda imagen, recordándome la animalada que había cometido. Ni siquiera sé cómo aquel equipo logró encenderse, él se encendió, yo me apagué completamente.

Se me quitaron los deseos de abrir las demás cosas, me invadió la ira, me sentí vulnerable. La peor parte, la más dura, fue ver el rostro de mi hijo, cuando miraba aquella pantalla magullada. Más un espíritu derrotero en el ánimo de su superhéroe favorito, su papá, solo tiene 10 años. Aguante lo que pude para que no me viera llorar, mi padre no corrió con la misma suerte, me dijo que peor era estar enfermo, yo no estaba enfermo, pero aquello me dolió como mis ataques de pánico en las crisis de ansiedad.

Me vestí, guardé aquel jabuco al que nombré "saco de patatas", del cual perdí el deseo de seguir abriendo. Tomé el ordenador, lo eché en la mochila y desaparecí hasta parar en casa de Mariolis. Quizás con el deseo de que me contagiara con su forma de ver las cosas, aun cuando no salen bien. Pensé mucho en cómo hubiera sido, si me hubiera resistido a esta estupidez, si alguien me hubiera aconsejado a tiempo, para seguir con la manera en que lo tenía planeado. Había sacado pasaje para ir a la capital, La Habana, a comprar este aparato en persona, aunque me costara más caro, pero me dejé llevar por el calor del momento, dejándole todo en las manos de unas personas que ni siquiera conozco.

A las que no les puedo reclamar nada porque no presioné en el apartado de "pagar el seguro", para este tipo de situaciones. Como suelo funcionar, me recluí y decidí alejarme de todo. No tenía deseos de nada, no controlaba lo absurdo de lo que me estaba ocurriendo. Cuando pensaba que todo estaba perdido, vienen estas personas que han convivido virtualmente conmigo desde que estoy en hive, en un grupo WhatsApp, en donde hemos compartido de todo un poco, principalmente frustraciones.

No cabía allí en ese momento, me salí, como quien no pude levantar la mirada para mirar a los ojos. En la mañana del día siguiente puse el modo avión en el móvil, quería estar solo. Cuando decidí regresar a la realidad, estas personas habían decidido entre ellos, donarme de su dinero, alegando que era una ayuda para los daños, algo que no supe manejar, ni sabré entender el motivo de tal reacción de cariño hacia mi persona. Cuando uno ve estas cosas, se da cuenta de que nada está perdido, que quedan personas con buenos sentimientos.

No estoy enfermo, el mundo no se ha acabado, quizás esté frustrado porque me han arrancado un sueño. Era una meta que me había propuesto a mí mismo, para hacerme más fácil el trabajo. Pero, aunque crear contenido es algo que disfruto, no deja de ser el sustento de mi círculo familiar. También quería experimentar la vía de acceso por la PC, aunque fuera anclado al móvil.

Quiero decirles a estas personas, que son mi familia también, que se han preocupado por mí de esta manera, que estoy bien, quizás algo derrotado, pero no vencido. Aunque uno valore las cosas porque cuestan trabajo, adquirirlas, no puede dejarse llevar por lloriqueos. El amor hay que guardarlo para los que de veras importan las personas que nos rodean.

Pensé que estaba deteriorado físico y mentalmente, pero vuelvo a la realidad, asumo mi responsabilidad en el asunto. Por tanto, les devolveré el dinero enviado, pues decidí quedarme con esta laptop ensangrentada de tinta, hasta que todo lo que es luz en ella se vuelva oscuro, o quién sabe, si esta HP salga bautizada como la Dell 360 y dure años.

Lección aprendida: no importen una laptop si no viene como equipaje de mano con un familiar, o si lo hacen, paguen el seguro para estas cosas, de lo contario asume las consecuencias de la leña que reciben estos paquetes. Me tomaré mi tiempo para regresar, necesito un descanso que me devuelva la motivación, pero seguiré atento a sus publicaciones. No se sientan en la obligación de comentar nada, este post es simplemente terapia, o quién sabe si le sirva de ejemplo a alguien más. Hasta pronto, bendiciones.
Las imágenes utilizadas en el post son de mi propiedad, tomadas con mi móvil Xiaomi Redmi Note 10 S, algunas son capturas de pantallas de PeakD, QvaPay.

***Edited in [canva](https://www.canva.com/).***

[](https://vote.hive.uno/@hivecuba)
Un sueño, una meta, un error, sus consecuencias, el amor de una comunidad, la lección aprendida.
@eduardo900613
· 2025-01-25 16:06
· Hive Cuba
#spanish
#music
#blog
#cuba
#photography
#vidapersonal
#emociones
#life
#neoxian
#palnet
Payout: 0.000 HBD
Votes: 71
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.