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Las personas que saben hacer frente a las dificultades no se desesperan. La angustia y el desespero es el peor aliado en los momentos de crisis.
Las adversidades pueden ser necesarias para que aprendamos a superarnos a nosotros mismos.
Hay que decretar la superación de las adversidades, si tenemos confianza en nosotros mismos estamos apostando a un triunfo y a una victoria segura.
Si trabajamos con constancia e inteligencia, conseguiremos no solo superar dificultades sino todo lo que nos propongamos.
Apartemos cualquier pensamiento pesimista que nos pueda llevar a imaginarnos que no podemos superar una adversidad. El no puedo erradicalo, desechalo y eliminalo.
Nosotros podemos dar más de lo que imaginamos, y es que los seres humanos estamos genéticamente diseñados para triunfar.
El primer poder que tenemos que activar, es el poder del pensamiento positivo. Los pensamientos influyen en las emociones, también atraen las cosas que vienen a nosotros, tanto buenas como malas.
Piensa en positivo, valórate como persona y rodéate de personas que te puedan nutrir, que te inspiren y tributen felicidad para tu vida.
El si puedo repítelo hasta el cansancio, visualiza tu futuro y trabajalo con disciplina para lograrlo.
A medida que seamos más optimistas se nos abrirán puertas que nunca habíamos imaginado, el si puedo debe resonar en nuestra mente hasta el cansancio.
No hay que darse por vencido, si caíste una vez levántate. Hazlo las veces que sean necesarias.
Dale gracias a Dios y a la vida, los únicos que no tienen problemas son los que partieron de este mundo.
No permitas que tu mente sea tu peor enemigo, enfócate en lo que quieres, camina, respira aire fresco y puro.
Duerme las horas que debes dormir, ejercitar tu cuerpo, respira reafirmando en tu mente que si puedes.
El amor y el empeño que le ponemos a las cosas será clave para salir adelante.
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