Desde hace un año pienso en Dios. Creyente he sido, sí, junto a mi razón. Pero la pasión nació desde el duelo, la culpa y una ausencia tan profunda, que solo Dios pudo rescatarme.
Este ha sido mi primer Domingo de Ramos vivido con plena conciencia de su significado. Oré como sé. Lloré de alegría al reconocer a Jesús entrando en Jerusalén… aun sabiendo su destino.
Oré con lo que me devuelve a mí misma: con la cámara en mano y la mirada puesta en la #ImagenPosible.