Para empezar y cumplir con las reglas para que no vengan estas, nomino a: @naires y a @ikasumanera
Como no había tiempo que perder, rápidamente y junto a otro residente bajé con él a verificar tan extraño acontecimiento. Nunca me han gustado las morgues (hay algunas cosas que aun siendo médicos no nos gustan, sépanlo), son lúgubres y atemorizantes. Al abrirse el ascensor y ver la entrada a tan desagradable recinto confieso que me temblaban las piernas. Entramos y el amigo “morguero” nos llevó a la camilla donde se encontraba el “difunto”. Afortunadamente mi compañero residente fue quien se encargó de verificar que efectivamente tenía signos vitales, por lo que de inmediato procedimos a subirlo encontrándonos en el camino con el equipo de cardiología que ya prevenido por los compañeros de la emergencia venían a encargarse de la situación (pues el diagnóstico inicial del paciente había sido un infarto al miocardio).
El paciente fue ingresado a la unidad de cuidados coronarios, recibiendo atención adecuada y fue dado de alta días después (desconozco su estado de salud posterior a este acontecimiento). No supe que se les dijo a sus familiares (correspondió remendar el entuerto al grupo que lo había dado por fallecido), pero supongo que la “alegría” de saberlo con vida evitó que tomarán alguna otra acción por la confusión de haberlo anunciado fallecido.
Ahora bien, se podrán imaginar el “chalequeo” (palabra que empleamos para referirnos a la acción de bromear o burlarse) que se presentó en los días posteriores. El equipo de guardia juró y perjuró que el paciente fue reanimado por espacio de tiempo prudencial y fue declarado muerto al no tener signos vitales y ser corroborado con un electrocardiograma en asistolia (la rayita plana pues, llamada línea isoeléctrica), sin embargo el electro era muy corto pues se acabó el papel (cosas que pasan en el infierno venezolano, donde si tienes agua, no hay luz y si hay luz no hay atropina, y si hay atropina no hay papel de electro, etc, etc, etc).
Fuente
En fin, nunca supimos que pasó ahí, si el trazado del electro fue corto, o si las palas o los electrodos estaban mal colocados y por eso no detecto actividad eléctrica o si verdaderamente fue ¡¡¡un milagro!!!!, el hecho trascendió por supuesto a todo el hospital y originó una de las echadera de bromas más prolongadas que yo haya presenciado en mi vida como médico, siendo la frase más popular en esos dias:
Y es que tal cual reza la canción “El muerto vivo” la historia que voy a contarles trata sobre un muerto, que no estaba muerto
Ocurrió en el año 2.006 o 2.007 ,no estoy muy segura, solo sé que estaba en mi segundo o tercer año de especialización en Medicina Interna (es decir, ya había pasado la categoría de esclavo que caracteriza al residente de primer año, pero ese puede ser tema para otro relato), en un famoso hospital venezolano. Habíamos recibido la emergencia del equipo que estuvo de guardia durante la noche y serían como las 8 de la mañana cuando se aparece corriendo el “morguero” (apelativo cariñoso con el cual nos referíamos al encargado de la morgue) con los ojos desorbitados y cara de preocupación para anunciarnos (palabras más, palabras menos) que el paciente fallecido durante la guardia anterior y que había sido bajado a la morgue a eso de las 6 AM estaba caliente y respirando. Inmediatamente le dijimos que por qué no lo había subido, pero, caramba creo que el hombre estaba tan desconcertado, que su primera reacción fue venir a avisarnos.
Esto parece un cuento de la cripta, pero noooo, no lo es Quién dijo miedo...


En definitiva, no había estirado la pata


Lamento desilusionar a los amigos de lo esotérico, pero "el muerto vivo" fué interrogado por muchas personas y ni vió la luz al final del tunel, ni le pasó su vida por la cabeza en un minuto, ni ninguna de esas vainas raras, simplemente perdió la conciencia y no recordaba nada más


¡¡¡No estaba muerto, estaba de parranda!!! (Bueno, ni tan de parranda, el pobre, jajaja)

Los personajes y hechos del presente relato son completamente REALES. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas (que al final tampoco sé como echaron pa' tras ese certificado de defunción, porque los familiares ya lo habían entregado en la jefatura, creo), o con hechos reales NO ES coincidencia, jajaja



