Hoy debió ser un día alegre, muy alegre, de celebración, sin embargo, amaneció teñido de tristeza, de despedida, de vacío y de soledad. Han sido días de mucho dolor, de muchas lágrimas y aunque poco a poco va apareciendo la luz al final del túnel, el día de hoy recibí otro golpe más.

[Fuente](https://en.wikipedia.org/wiki/Ludwig_van_Beethoven)
Usualmente cuando me siento tan triste busco aliviar mis penas oyendo música y cantando (creo en aquello de que “el que canta su mal espanta”) así que empecé mi recorrido musical por las canciones que usualmente me animan y son capaces de transportarme, pero debo confesar que no lograba mi objetivo, no alcanzaba a sentirme mejor y fue entonces cuando la recordé, la melodía que siempre me ha reconfortado, además muy apropiada para el día de hoy, ya hace 7 años también sonaba en una iglesia, en una boda, en mi boda... Hablo del cuarto (y último) movimiento de la Novena Sinfonía (también última sinfonía de Ludwig van Beethoven), llamado “Himno de la Alegría”.

[Fuente](https://es.wikipedia.org/wiki/Sinfon%C3%ADa_n.%C2%BA_9_(Beethoven))
Su composición nace de la intención de Beethoven de musicalizar el Poema de Friedrich Schiller conocido como “Oda a la Alegría” (inicialmente “Oda a la Libertad” pero fue censurado), publicado en 1.786. Cuando Beethoven lee el poema siendo muy joven se siente muy impresionado y nace su inquietud de musicalizarlo hasta que lo logra muchos años después, introduciendo la obra en la Novena Sinfonía, que fue estrenada en Viena en el año 1.824 (su composición llevó 10 años)en la que fue su última aparición pública. Algunas partes del texto fueron modificadas por Beethoven por necesidades métricas.

El Himno a la Alegría ha maravillado por años a generaciones, es una grandiosa melodía con un estupendo arreglo coral que tradicionalmente se ha considerado una declaración a favor de la hermandad universal, de alianza entre los seres humanos pero también un mensaje de libertad, conmueve a todo aquel que la oye, llena de placer y si, de alegría, particularmente me llena también de ilusiones, esperanza y optimismo, me permite abandonar el camino de la desesperación y buscar la auténtica alegría. Me hace soñar con un futuro mejor.
El video que les traigo es un Flashmob (acción con un gran número de personas, realizada en un lugar público, en la que luego las personas se dispersan). De tantas versiones existentes escogí esta porque es fresca y me agrada muchísimo ver las expresiones de las personas que se detenían a escuchar, sus caras reflejan las emociones que nacen al oír este movimiento, la mayoría de placer, entusiasmo y como no, alegría.
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¡Oh amigos, no esos tonos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!

Sin duda me sentí reconfortada, gracias Schiller, gracias Beethoven
Datos históricos tomados de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Sinfon%C3%ADa_n.%C2%BA_9_(Beethoven)
