A veces me he preguntado cómo es posible que haya tanta grandeza en una sola persona, como es posible que exista tanta humildad entre tanta fama, dinero, en un mundo en donde el ego y la arrogancia son tan presentes en la vida cotidiana de los seres humanos, y luego está Ichiro Suzuki, porque a veces hay que cerrar los ojos y mirar a desde el pensamiento, la verdadera grandeza del hombre.
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Abro con esto porque creo que no hay nada más bonito que despedirte en el lugar que te hizo grande y tú sin pensarlo, a veces no sabías como hablar, algo típico del japonés que vivió su época mas noble entre las decadas del 80 y el 90 del pasado siglo.
Ser inmortalizado en el Salón de la fama de Cooperstown es algo impresionante, lleno de orgullo, pero a ese templo sagrado de los inmortales del béisbol, no se llega fácil, hay toda una serie de requisitos que el pelotero debe cumplir para lograr acceder al sagrado templo.
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Tras el discurso de Ichiro, en el T-Mobile Park, comenzó el partido, no sin antes que el mítico jardinero lanzara la primera bola siendo recibida por la gran unidad Randy Johnson, quien también brilló en su tiempo con los Marineros.
El mejor regalo se lo dieron los actuales integrantes del equipo, con una victoria de 6-3 frente a los Rangers de Texas, con una brillante actuación de Bryan Woo desde la lomita, lanzando su juego 23 con mas de 6 entradas.
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Al bate otra vez lució Cal Raleigh que despachó su jonrón 45 de la temporada, y apunta a llegar a los 60 de seguir con esa frecuencia de batazos de vuelta completa. También brillaron con el bate el venezolano Eugenio Suárez, el cubano Randy Arozarena y el canadiense Josh Naylor. Con el guante en mano, el dominicano Julio Rodríguez realizó dos fildeos que fueron fundamentales en el triunfo de los Marineros.
La jornada terminó con un detalle muy bonito, ya que en homenaje a ese elegante dentro de la caja de bateo, una serie de drones sobrevolaron el estadio y formaron una figura con el típico estilo de bateo de Ichiro Suzuki, algo que a los miles de aficionados que se dieron cita en el T-Mobile Park les debe haber tocado el lado mas sensible de su corazón.
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ENGLISH VERSION (click here!)
Sometimes I have wondered how it is possible for so much greatness to exist in a single person, how it is possible for so much humility to coexist with fame and money in a world where ego and arrogance are so present in the daily lives of human beings. And then there is Ichiro Suzuki, because sometimes you have to close your eyes and look from within, to see the true greatness of the man.
I start with this because I believe there is nothing more beautiful than saying goodbye in the place that made you great, and you without thinking about it; sometimes you didn’t know how to speak, something typical of the Japanese who lived their noblest era between the 80s and 90s of the last century. Being immortalized in the Hall of Fame in Cooperstown is something impressive, full of pride, but reaching that sacred temple of baseball immortals is not easy; there is a whole series of requirements that a player must meet to gain access to the sacred temple.
After Ichiro’s speech at T-Mobile Park, the game began, but not before the legendary outfielder threw the first pitch, which was received by the great Randy Johnson, who also shone in his time with the Mariners. The best gift was given by the current members of the team, with a victory of 6-3 against the Texas Rangers, highlighted by a brilliant performance from Bryan Woo on the mound, pitching his 23rd game with over 6 innings.
At bat, Cal Raleigh again shone as he hit his 45th home run of the season and aims to reach 60 if he continues with that frequency of home runs. Venezuelan Eugenio Suárez, Cuban Randy Arozarena, and Canadian Josh Naylor also excelled with the bat. With glove in hand, Dominican Julio Rodríguez made two crucial plays that were fundamental to the Mariners' victory.
The day ended with a very nice detail, as in tribute to that elegant figure in the batter's box, a series of drones flew over the stadium and formed a figure in Ichiro Suzuki's typical batting style, something that surely touched the most sensitive side of the hearts of the thousands of fans who gathered at T-Mobile Park.
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