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Lo historia que cuento aquí, es una de las más recientes de mis anotaciones, incluso es una que tengo entre los párpados; mi memoria la quiere contar más no mi corazón. *Siento que debo guardarla*, pero sería una falta de respeto contra mi memoria. Así que lo que voy a contar aquí le ha sucedido a un amigo, a uno de esos pensadores, irónicos, loco. Le sucedió a un hombre de verdad de esos que están envueltos en la sombra de la soledad pero que en ocasiones y cada cierto tiempo llega una luz a su vida, en este caso; la luz era *ella* y nos limitaremos a no mencionar su nombre por cuidar el corazón, el espíritu y el alma de ambas flores de loto que se encontraron a destiempo. ___
Nuestra historia se basará en *ella*. Si, *ella* será nuestra héroe la de hermosas mejillas y ojos como la miel, la que en sus labios guarda un ticket para el paraíso quien los bese, *ella* la de hermosa figura y silueta será nuestra protagonista, porque es *ella* la que revolucionó la vida de aquel hombre, que cuando la veía se daba cuenta de que estaba jodidamente enamorado. *¿Qué como se encontraron?* el universo jugó con sus piezas para que estos dos se encontraran. Fue una especie de caos lo que se tuvo que originar para que estas dos almas chocaran miradas, recordando aquella frase que dice: **Uno debe tener un caos dentro de sí, para producir estrellas danzarinas**. Yo entre mis notas tengo un poema escrito a mano de este hombre que se enamoró de nuestra héroe, él me dijo que si fuera posible lo anotara para que fuera trascendente, a pesar de que no era de él sino del escritor pesimista [*Mario Benedetti*](https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Benedetti) dice así: *Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.* Así es nuestro amigo bohemio y solitario, quien al conocerla a *ella* sentía un festín dentro él, y *ella* con aquellas miradas que le daba, con esa mediana sonrisa que se dibujaba en su rostro la hacía más cautivante, *ella* podía convertir con su sonrisa la grandeza en inmensidad, la muerte en vida, es que en pocas palabras ella era una divinidad que había descendido hasta este plano o tierra para darle esperanza al vacío existencial y solitario de mi amigo. Entre la frecuencia de encuentros y miradas, él descubrió que ella era una persona común con un universo entero por dentro que descubrir, *ella* mientras lo miraba sentía esas sensaciones que alguna vez sintió, pero que hace mucho deshojaron por placer, ambos se miraban, ambos hasta sentían que se amaba, ambos podían durar horas mirándose porque ambos sabían que cada uno estaba para el otro. Pero por cuestiones morales, por cuestiones del que dirán no se atrevían ir más allá, solo ocurrió lo que tenía que ocurrir aquel beso inesperado que lo hizo sentir a él en el Edén, y mientras se besaban él volaba, él pensaba en lo mágico de aquel beso, ella por dentro sentía como la brisa fresca refrescaba su alma pero a la vez pensaba en aquel hombre que la esperaba en su casa, si su esposo, por lo tanto nuestra héroe le prestaba los besos al solitario hombre que conoció por medidas del universo.
Fuente
](https://cdn.pixabay.com/photo/2015/03/26/10/48/sunset-691995_960_720.jpg) > Estas son mis anotaciones, tal vez no me haya sucedido a mi pero como digo, *tal vez*. ____Lo historia que cuento aquí, es una de las más recientes de mis anotaciones, incluso es una que tengo entre los párpados; mi memoria la quiere contar más no mi corazón. *Siento que debo guardarla*, pero sería una falta de respeto contra mi memoria. Así que lo que voy a contar aquí le ha sucedido a un amigo, a uno de esos pensadores, irónicos, loco. Le sucedió a un hombre de verdad de esos que están envueltos en la sombra de la soledad pero que en ocasiones y cada cierto tiempo llega una luz a su vida, en este caso; la luz era *ella* y nos limitaremos a no mencionar su nombre por cuidar el corazón, el espíritu y el alma de ambas flores de loto que se encontraron a destiempo. ___
Nuestra historia se basará en *ella*. Si, *ella* será nuestra héroe la de hermosas mejillas y ojos como la miel, la que en sus labios guarda un ticket para el paraíso quien los bese, *ella* la de hermosa figura y silueta será nuestra protagonista, porque es *ella* la que revolucionó la vida de aquel hombre, que cuando la veía se daba cuenta de que estaba jodidamente enamorado. *¿Qué como se encontraron?* el universo jugó con sus piezas para que estos dos se encontraran. Fue una especie de caos lo que se tuvo que originar para que estas dos almas chocaran miradas, recordando aquella frase que dice: **Uno debe tener un caos dentro de sí, para producir estrellas danzarinas**. Yo entre mis notas tengo un poema escrito a mano de este hombre que se enamoró de nuestra héroe, él me dijo que si fuera posible lo anotara para que fuera trascendente, a pesar de que no era de él sino del escritor pesimista [*Mario Benedetti*](https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Benedetti) dice así: *Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.* Así es nuestro amigo bohemio y solitario, quien al conocerla a *ella* sentía un festín dentro él, y *ella* con aquellas miradas que le daba, con esa mediana sonrisa que se dibujaba en su rostro la hacía más cautivante, *ella* podía convertir con su sonrisa la grandeza en inmensidad, la muerte en vida, es que en pocas palabras ella era una divinidad que había descendido hasta este plano o tierra para darle esperanza al vacío existencial y solitario de mi amigo. Entre la frecuencia de encuentros y miradas, él descubrió que ella era una persona común con un universo entero por dentro que descubrir, *ella* mientras lo miraba sentía esas sensaciones que alguna vez sintió, pero que hace mucho deshojaron por placer, ambos se miraban, ambos hasta sentían que se amaba, ambos podían durar horas mirándose porque ambos sabían que cada uno estaba para el otro. Pero por cuestiones morales, por cuestiones del que dirán no se atrevían ir más allá, solo ocurrió lo que tenía que ocurrir aquel beso inesperado que lo hizo sentir a él en el Edén, y mientras se besaban él volaba, él pensaba en lo mágico de aquel beso, ella por dentro sentía como la brisa fresca refrescaba su alma pero a la vez pensaba en aquel hombre que la esperaba en su casa, si su esposo, por lo tanto nuestra héroe le prestaba los besos al solitario hombre que conoció por medidas del universo.