Venezuela es un espacio con una gran biodiversidad entre los diez primeros del mundo. La humanidad ha tenido un éxito de propagación y crecimiento de los individuos de su especie. La amplia gama de actividades y construcciones humanas deberían respetar a la humanidad y al ambiente, esto es lo que debería ser considerado como desarrollo sustentable.
En un viaje junto a la familia desde Maracaibo (Costa occidental del estado Zulia) hasta Chichiriviche (extremo oriental del estado Falcón), vi con alta preocupación la presencia de cuerpos de animales atropellados en las carreteras las cuales atravesamos.
Al regreso me dediqué a solo contar cuántos animales atropellados podía divisar desde el automóvil en marcha y así lo hice. Un total de setenta y dos animales atropellados en un recorrido de kilómetros.
También tenemos a los animales reportados en el municipio Miranda desde diferentes personas e instituciones al grupo Mangle, desde animales atropellados hasta aves con trauma o electrocutamiento por los tendidos de los cables eléctricos en esa entidad.
Las carreteras y tendidos eléctricos los cuales pasan por territorios donde se encuentran ecosistemas campestres o silvestres, bajo protección legal o no, ponen en vulnerabilidad a la biodiversidad de esos ecosistemas propiciando una especie de verdaderas barreras para el desarrollo de los ecosistemas, del avance vegetal y paso de las especies animales en general.
La presencia de carreteras junto al paso vehicular, se convierte en un factor de riesgo para atropellamiento para los animales y la presencia de cables del tendido eléctrico, se convierten en factores de riesgo para choque y electrocutación de animales.
Si la barrera es una carretera con isla central, se convierte ésta en otra barrera y aumenta el riesgo de animales atropellados.
También el acceso de la humanidad con el paso de vehículos aumenta el riesgo de contaminación sónica, de contaminación atmosférica y de desechos sólidos inadecuadamente vertidos. Esto también aumenta el riesgo de incendio forestal, el cual aumenta a falta de la educación ambiental, la presencia de desechos sólidos transparentes y vertido inadecuado de fósforos, colillas del cigarrillo y tabaco aún encendidos.
Ante este planteamiento de la humanidad del desarrollo de vías de comunicaciones y de la red eléctrica, debemos educar a nuestro pueblo desde la educación formal y no formal, para poder proteger a nuestra biodiversidad de los factores de riesgos mencionados.
Además debemos avanzar en la organización de acciones concretas para prepararnos, hacer políticas para estas situaciones, hacer la mitigación de los riesgos, contar con un sistema de atención a los individuos e individuas afectados y compensarlos.
Deberíamos empezar un esfuerzo de educación ambiental para que diferentes sectores se sumen desde su competencia en la atención integral de la vida silvestre, para que la planificación, ejecución y control de las vías de comunicación y los tendidos eléctricos no afecten a la fauna.
Deberíamos desarrollar una vigilancia de estas lesiones y muertes como una vigilancia epizoótica y desarrollar además investigación de casuística, localización variedad de especies, su categoría de sensibilidad y su etología, tipo de vehículos usuarios de estas vías, identificación de zonas críticas de episodios de atropellamiento o electrocución, influencia de pasos elevados y las alcantarillas, de la presencia de islas, enrejados, grandes avisos y toda barrera que ofrezcan las carreteras en la casuística.
Cada especie tiene su etología y se desplaza en búsqueda de alimentación, refugio, pareja, por ello estudiar y enseñar la etología de las especies afectadas y cómo influye la presencia de vías de comunicación o tendidos eléctricos sería muy valioso.
La educación ambiental a través de los medios de comunicación es una exigencia para la mayor cobertura del proceso de educación ambiental, por lo cual debemos planificar desde este proceso. La señalética en las carreteras en otros países como en Costa Rica es un ejemplo importante con campañas de colocar avisos con la leyenda “Evitemos atropellar animales silvestres en la carretera”, además de indicar en avisos el paso de fauna silvestre.
La educación ambiental para la sustentabilidad debe tener como meta que el desarrollo debe respetar a la humanidad y al ambiente, no podemos exponer a los ecosistemas y a las especies al estrés y probar el nivel de resiliencia.