Hola amigos, espero se encuentren súper bien! 🌻
Hoy quiero compartir un poco mi experiencia visitando por primera vez Cantaura, una ciudad del Estado Anzoátegui Venezuela, ubicada entre la cordillera de la costa y la mesa de Guanipa. Cantaura fue fundada en 1740 por lo que tiene raíces profundas, incluso aparece en mapas antiguos como Chamariapa su nombre, según algunos estudios, podría venir de “canta” que significa montaña, lo que encaja con su ubicación en una altiplanicie.
No sabía que Cantaura me esperaba con tanto encanto, llegué por un encuentro motero en busca de adrenalina y camaradería, y me encontré con algo más profundo: una ciudad que respira paz, que abraza con su gente cálida y que se deja contemplar en cada rincón.
Las calles con sus fachadas antiguas y su ritmo pausado, me hicieron sentir como si el tiempo se hubiera detenido solo para que yo pudiera observar. Hay algo especial en sus plazas, ese murmullo suave de conversaciones, el vuelo lento de las palomas, los abuelos sentados mirando su entorno, todo invitaba a quedarse un rato más.
luego están los atardeceres… amo los atardeceres y los atardeceres de Cantaura son hermosos, cálidos tal vez por su cercanía a los llanos. El cielo se tiñe de tonos dorados y rosados que parecen salidos de una paleta de acuarela, es imposible no detenerse a contemplarlos.
El encuentro motero fue el motivo que me llevó hasta allá, pero lo que me hizo quedarme (aunque fue un día más) fue la energía del lugar. Compartí con otros viajeros, escuché historias locales, probé café casero y me reí con desconocidos que pronto se sintieron cercanos.
No había visitado esta ciudad antes, y confieso que no esperaba tanto. Pero me llevé una gran impresión. Me fui con la sensación de haber descubierto un rincón que merece ser contado, fotografiado, celebrado. Porque más allá de su historia, su geografía o sus datos oficiales, Cantaura es una experiencia, una que se vive con los sentidos despiertos y el corazón abierto.
Si alguna vez tienes la oportunidad de ir, hazlo sin expectativas. Deja que la ciudad te hable en su idioma: el de la sencillez, la hospitalidad y la belleza que no necesita adornos. Y si puedes, quédate hasta el atardecer. Te prometo que el cielo te va a regalar una postal que no olvidarás.
Hi friends, hope you are doing super well! 🌻
Today I want to share a little bit of my experience visiting for the first time Cantaura, a city in Anzoátegui State Venezuela, located between the coastal mountain range and the Guanipa table. Cantaura was founded in 1740 so it has deep roots, it even appears in old maps as Chamariapa its name, according to some studies, could come from "canta" which means mountain, which fits with its location in a high plateau.
I did not know that Cantaura was waiting for me with so much charm, I arrived for a biker meeting in search of adrenaline and camaraderie, and I found something deeper: a city that breathes peace, that embraces with its warm people and that is contemplated in every corner.
The streets with their old facades and their leisurely pace, made me feel as if time had stopped just for me to observe. There is something special in its squares, that soft murmur of conversations, the slow flight of the pigeons, the grandparents sitting looking at their surroundings, everything invited to stay a while longer.
Then there are the sunsets... I love sunsets and Cantaura's sunsets are beautiful, warm perhaps because of its proximity to the plains. The sky is tinged with golden and pink tones that seem to come out of a watercolor palette, it is impossible not to stop and contemplate them.
The biker meeting was the reason that took me there, but what made me stay (although it was one more day) was the energy of the place. I shared with other travelers, listened to local stories, tasted homemade coffee and laughed with strangers who soon felt close.
I hadn't visited this city before, and I confess I wasn't expecting so much. But I came away with a great impression. I left with the feeling of having discovered a corner that deserves to be told, photographed, celebrated. Because beyond its history, its geography or its official data, Cantaura is an experience, one that is lived with awakened senses and an open heart.
If you ever have the opportunity to go, do it without expectations. Let the town speak to you in its own language: that of simplicity, hospitality and beauty that needs no adornment. And if you can, stay until sunset. I promise you that the sky will give you a postcard you won't forget.
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