Hay dĂas que simplemente uno los declara memorable por ser especial por algo en paricular, pero ese especial puede ser bueno como puede ser malo.
Transcurria un dia jueves como un dĂa normal, acababa de cobrar y decidĂ tomarme un cafĂ© en aquel lugarcito quĂ© habĂa visto hace dĂas llamado ALGO ANDINO la decoraciĂłn muy vintage realmente llamaba a uno, quizás a mi por mi edad, tal vez un adolescente busque un cafĂ© lo más futurista o con luces, pero a mi me daba esa impresiĂłn de bodega vieja me hizo recordar o traer a flote la niñez.
Aunque el cafĂ© costĂł $ 4, un precio más caro de las cafeterĂas normales, pues ni modo allĂ pague el viaje a los recuerdos, decidĂ sentarme a disfrutarlo, me hubiese disfrutado mejor un cafĂ© en taza de porcelana pero me lo sirvieron para llevar.
Sin embargo, eso no impidió sentirme cómoda allà y aunque la decoración estaba cargada de tantas cositas antiguas me quedaba allà atónita ante cada cosa que me trajera recuerdos, fueron 40 minutos de relax allà en ese café.
Este dĂa fue especial, lo que iba de bonito el dĂa y reconfortante por aquel lugar, muriĂł en la tarde cuando recibĂ una noticia no agradable, quĂ© me hizo terminar de remover los sentimientos, llorĂ© como hace mucho no lo hacĂa.
Ahora que lo pienso tal vez ese instante en el café fue el equilibrio perfecto, para que al momento de recibir la mala noticia no me afectará tanto.
ÂżHas tenido un dĂa asĂ?
Las fotos son de mi propiedad
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