Taller de Pintura a la Orilla del Lago (Parte I) || Lakeshore Painting Workshop (Part I)

¡Hola Chicos!

Hoy quiero contarles esta primer parte de lo que fue una actividad nueva para mi y que estuvo cargada de muchos aprendizajes. Por suerte durante el proceso estuve con personas conocidas, lo que hizo que no fuera algo tan forzado y pudo fluir todo con mucha calma. Hace un buen tiempo mi esposo me comentó que sería buena idea hacer un taller a la orilla de la playa del lago, la cual queda súper cerca a mi local. En primer lugar me pareció una locura porque no veía en qué sitio pudiera hacerse, pero un día me di la tarea de visitar este espacio para ver en donde se podría ejecutar la actividad. Ese post se los compartí hace tiempito ya, de lo que fue mi primera y segunda visita para la planificación del taller. El espacio me pareció genial y le di rienda suelta a la idea. Hice promoción pero lamentablemente en el momento no tuvo la receptividad que esperaba. Por suerte recibí el si rotundo de una amiga y una de mis alumnas que estuvo presente en una de las visitas. Al saber esto invité a la otra alumna sin costo alguno para que nos hiciera compañía y sin ella tener idea, le llevé un pequeño lienzo para que pintara con ellas. Fue así como por fin llegó el día tan esperado y la verdad no sabía como se daría todo, pues no había hecho talleres así.

 Ese día invité a mi hijo para que fuera ya que sabía que le iba a gustar mucho el ambiente de la playa, de la cual ya le había enseñado por fotos pero que no había tenido la oportunidad de ver personalmente.

 De ahí nos fuimos a dos tiendas a comprar los snacks que estaríamos disfrutando durante la velada, o que más bien harían complemento a unas galletas que había preparado el día anterior y toallín para poder limpiar los pinceles porque no tenía.

 De ahí nos fuimos al local a esperarlas y solo llegaron 2 de ellas. Decidimos ir caminando hasta el sitio pues luego no daría tiempo de limpiar un poco el piso y acomodar los manteles que les había dicho que llevaran, pues la actividad era tipo picnic. Luego de que llegó la tercera de ellas acomodamos todo y se sentaron a pintar. Yo también tenía intenciones de hacer lo mismo y había llevado un lienzo para mi incluso, pero luego me di cuenta que iba a ser imposible porque debía estar pendiente de ellas, tomar fotos para las redes y no me iba a poder concentrar como quería.

  Así que desistí de la idea y me dediqué a ayudarlas, tomar fotos y admirar el paisaje. También evaluar como se daba todo pues como les dije, esta fue como una prueba que tuvimos para poder incluir esto dentro de las actividades que desarrollaríamos normalmente dentro del centro artístico.

  El sitio donde estábamos era súper agradable, la brisa era perfecta y el sol, aunque estaba fuerte, no nos afectaba pues los arboles mantenía el ambiente fresco y con sombra. En un próximo post les estaré contando más sobre este taller tan especial y único.