Una clase diferente (Parte II) || A different kind (Part II) ♥

¡Hola Chicos!

Hoy les contaré continuaré contando como se desarrolló nuestra clase súper improvisada de pintura en la playa. Ese día como les conté en el post anterior se fue la electricidad en todo el centro de la ciudad, esto es algo que no me había ocurrido nunca en los meses que llevo trabajando en el local. Inclusive yo cuando comencé a dar clases pregunté a quienes tenían negocios y visitaban el centro a diario para saber cual era la situación que se vivía con respecto a la electricidad y me comentaron que se solía ir pero en horas de la noche, cosa que me tranquilizó muchísimo. Esta era la segunda vez que me tocaba suspender clases por este tema, la primera vez fue por un cable que se había caído y afecto el centro comercial donde me encuentro actualmente y el que queda justo al lado.

  Como la alumna que faltaba definitivamente no terminaba de llegar decidimos las tres que estábamos caminar un poco para ver si encontrábamos otro sitio agradable en el que pudiéramos estar. Encontramos una zona justo debajo de un árbol con mucha sombra y ahí nos sentamos. Yo me había llevado un trozo de cartón porque no teníamos nada para colocar. Las chicas en cambio se sentaron sobre la hierba y al llegar la otra alumna con su mantel se apoyaron en él.

  Ese día comenzamos a trabajar con las obras que se expondrían en la galería de arte que hice hace un par de meses en el local. El motivo era arte retro y yo me incliné por algo psicodélico, que por cierto esa obra se las compartí hace un tiempo acá en mi blog. El papá de mi alumna nos acompañó durante todo ese tiempo, bien chistoso el señor porque estuvo caminando en zonas cercanas y otra parte del tiempo estuvo sentado con una silla de plástico que había llevado.

 En un punto le pedimos al señor que se acercara para que nos tomara una foto juntas y bueno también me tomaron unas fotos mientras pintaba. Yo no hice mucho, solo el boceto y apenas agregué un poco de color, pues había comido mucho de Doritos que había comprado una alumna y jugo de naranja y me había caído pésimo en el estómago. Estaba súper desenfocada y decidí pausar. Una vez más no pude pintar bien, al parecer es que debo hacerlo completamente sola, no en compañía pues me distraigo mucho y el tema de documentar influye mucho.

 A pesar de ese malestar fue una tarde súper agradable en la que logramos adelantar bastante, sobre todo mis alumnas lograron darle forma a sus obras. Luego de terminar el señor nos acercó hasta el local ya que me tocaba dejar las pinturas y cerrar todo. Para ese momento ya la electricidad había llegado, pero que si media hora antes de que termináramos. Fue buena idea suspender la clase. Así terminó el día, una clase diferente y fuera de la zona de confort, lo que nos da nuevas experiencias y momentos para recordar.