Esta vez saldré un poco de mi zona de confort y explicaré qué hay detrás de cada uno de estos tres collages analógicos que estoy compartiendo hoy con ustedes con fin de exponer un poco más mis sentimientos y el proceso creativo para hacer una de estas composiciones.

Soy una persona muy sensible. Lloro muchas veces a la semana porque siento que necesito vaciar constantemente mis tristezas y molestias para volver a tener espacio para las nuevas sensaciones que están en el porvenir. Muchas veces me he cuestionado a mí misma si llorar tanto es bueno o no, pero me di cuenta que muchas veces después de sentir que el mundo se estremece en estos intensos periodos cotidianos, comienzan a surgir nuevas ideas para los collages. Comienzo a tener necesidad de crear *algo*, y es por esto que mis manos se escabullen entre las mismas revistas, una y otra vez. Mis ojos resaltan nuevas imágenes y formas y mi constante "cómo es qué no vi esto antes" siempre me acompaña. Comienzo a florecer y a darle sentido a mis mártires, como si el llanto fuese la fuente de vida de mis habilidades. Este collage es, sin duda alguna, muy personal: lo siento lleno de mi esencia y de mi nostalgia.
___________________________________________________________________________________________________

Introspección. Aquí, de alguna manera, busco representar estos días que han sido bastante introspectivos en los que me intento sumergir en mi misma. Mi yo sumergiéndose en el ello. Todo este proceso ha sido bastante atropellado y turbulento: he tenido que aceptar que soy un ser humano que se contradice hasta los codos. Poco a poco he descubierto muchas cosas sobre mí, las cuales estuve aproximadamente diecinueve años pasando por alto. Y aunque ha sido difícil, he encontrado paz y serenidad en conocerme.
______________________________________________________________________________

Hice este collage romántico y amoroso con dedicatoria hace un mes y medio. Fue el primer collage que hice para alguien y es la representación de estar conectados y ser uno. Es lo que hay detrás del beso: un sinfín de de ternura y chispas fusionándose. Al final, este collage terminó en una laptop adherido como un sticker y la reacción del muchachito no tuvo precio, realmente sentí el valor que encontró en el pequeño regalo tangible al que siempre podrá regresar para buscarme y hallarme.
¡Gracias por ver y leer!