El Día del Crac /Es-En/ The Day of the Crash

 # Otra vez 24 de octubre de 1929 Luego de tanto tiempo de haberme sentido bien, hoy llame a mi terapeuta y le pedí cita urgente. La secretaria me hizo esperar, finalmente la volví a llamar tres veces, antes de que confirmara que me recibiría a las 10, pero que fuera antes, pues el doctor no me esperaría después de recibir al último paciente agendado. Llegue a las 9 y cuarto, cancele el importe de la consulta con transferencia y me senté con una revista entre las manos. No leía nada, simplemente miraba las fotos, mientras mi mente giraba como un torbellino, wallet, wallet, wallet. Todo perdido, todo. ¿Cómo pudo ser, que paso? Nadie responde los mensajes, nada en X, YouTube caído. Salí al pasillo, a esa hora vacío, y caminé hasta la esquina, para volver sobre mis pasos, una y otra vez. Finalmente, vi salir al otro paciente y fui a entrar donde el doctor, pero la secretaria me detuvo y me dijo, espere un momento, ya le van a atender. Y a los cinco minutos, me dijo: Pase, ahora sí.  El doctor me recibió con amistosa cordialidad, preguntándome por la familia y que había estado haciendo en el tiempo que no lo visitaba. Respondí a su apretón de manos y le dije: Estoy arruinado, el cripto no vale nada. Me hizo sentar y con voz preocupada, me pregunto ¿Cuál? Todos doctor, todos. Ayer volvían a subir. Como todos esperábamos, había llegado la racha de las subidas y de repente al mediodía de hoy, todas a cero. Se han esfumado, como aparecieron, se han ido. Bits, miles, millones. Nada, no hay ni un Satoshi, todos borrados. Borrados, esfumados. Me miro en silencio, saco su teléfono y comenzó a accionar en su pantalla, se volvió a mirarme, pero no dijo nada, llamo a la secretaria y le dijo, llame a Matt, tráigame agua. Cuando la señora regreso con el agua, la tomo de un trago, mientras ella le informaba que Matt no respondía. Él llamó desde su teléfono que reacciono con un largo pitido, mientras él se reclinaba en su silla llevándose las manos al pecho. El teléfono calló en silencio sobre la alfombra y el doctor tras él se desplomó.  Nada se pudo hacer, el infarto fue fulminante, tan fulminante como el desplome del mercado cripto. Un sudor frío me corría por todo el cuerpo, estaba helado y temblaba, gritaba: Hive, vive, mis HBD … En ese momento desperté. Sentado en el borde de la cama, buscaba a tienta las zapatillas, mientras recobraba el aliento. El ordenador parecía dañado por la lentitud con que encendió la pantalla y aparecieron los acostumbrados iconos. Había sido tan vivida la pesadilla que necesitaba ver mi billetera. Finalmente, abrió y allí estaban mis hive y HBD. Valorados lo mismo que ayer, pero estaban. Ahora solo me falta esperar el fin de semana por el Power Up, y el siguiente a LABITCONF.  # Tranquilo, Lo que temes no sucederá. >Relato original escrito en español para la iniciativa @aliento y @keychain, con imagenes propias y traducido mediante el traductor de Google. Invito a participar a @isauris y @dulce.crucita . >Cruzo los dedos, rogando no olvidar nada ¿Donde estan las llaves? # The Day of the Crash  # Again, October 24, 1929 After feeling well for so long, I called my therapist today and made an urgent appointment. The secretary made me wait. I finally called her three times before she confirmed she would see me at 10, but that I should come earlier, since the doctor wouldn't wait for me after seeing the last scheduled patient. I arrived at 9:15, paid for the consultation by bank transfer, and sat down with a magazine in my hands. I wasn't reading anything, just looking at the photos, while my mind spun like a whirlwind: wallet, wallet, wallet. Everything was lost, everything. How could it be? What happened? No one answers my messages, nothing on X, YouTube was down. I went out into the hallway, empty at that hour, and walked to the corner, retracing my steps again and again. Finally, I saw the other patient leaving and went to see the doctor, but the secretary stopped me and said, "Wait a moment, they'll see you." And five minutes later, he said, "Come in, now."  The doctor greeted me with friendly cordiality, asking me about my family and what I'd been doing while I wasn't seeing him. I responded to his handshake and said, "I'm broke, crypto's worthless." He sat me down and, in a worried voice, asked, "Which one?" "Everyone, doctor, everyone. Yesterday they were going up again." As we all expected, the streak of increases had arrived, and suddenly at noon today, they were all at zero. They've vanished, just as they appeared, they're gone. Bits, thousands, millions. Nothing, not a single Satoshi, all erased. Erased, vanished. He looked at me silently, took out his phone, and began to work on its screen. He turned to look at me, but said nothing. He called the secretary and said, "Call Matt, bring me some water." When the woman returned with the water, I gulped it down, while she informed him that Matt wasn't answering. He called from his phone, which responded with a long beep, while he leaned back in his chair, his hands on his chest. The phone fell silently onto the carpet, and the doctor behind him collapsed.  Nothing could be done; the heart attack was sudden, as sudden as the crypto market collapse. Cold sweat ran down my body; I was freezing and trembling, screaming: Hive, live, my HBDs… At that moment, I woke up. Sitting on the edge of the bed, I fumbled for my slippers while I caught my breath. The computer seemed damaged because it was so slow to turn on the screen and the usual icons appeared. The nightmare had been so intense that I needed to see my wallet. Finally, it opened, and there were my hives and HBDs. The value was the same as yesterday, but they were there. Now I just have to wait for the Power Up this weekend, and the next one for LABITCONF.  # Relax, what you fear won't happen. >Original story written in Spanish for the @aliento and @keychain initiatives, with my own images and translated using Google Translate. I invite @isauris and @dulce.crucita to participate. >I cross my fingers, praying I don't forget anything. Where are the keys?