Los gustos rigen nuestras vidas prácticamente desde que nacemos, pues desde los primeros contactos que se producen con las personas que les rodean, los bebés inconscientemente reflejan sensaciones de agrado o desagrado por quienes se aproximan a ellos. De la misma forma, también escuchamos decir que a un bebé no le gusta determinado alimento porque, en efecto, lo rechaza y si se lo imponen le puede ocasionar nauseas y hasta enfermarse del estómago.
Después que comienzan a hablar resulta muy fácil determinar sus gustos, y de esta forma tratar de complacerlos en la medida de lo posible, para que se sientan felices. A partir de ese momento vamos creando el abanico de probabilidades según sus preferencias en cuanto a juegos, alimentos, lugares a visitar, etc.
Esto no quiere decir que, según mi modesta opinión, debamos complacerlos en todo, pues el aspecto educativo debe tenerse presente para asegurar un desarrollo saludable, fundamentalmente en lo relacionado con los medios audiovisuales, ya que un consumo desproporcionado de los mismos puede ocasionar males mayores, como es el caso del autismo inducido. Los niños no tienen percepción del riesgo y como les gustan tanto los muñes, o la interacción con el tablet, cuesta trabajo separarlos de este tipo de actividad, por lo que corresponde a los adultos su regulación; de la misma forma sucede con los alimentos, para cuidar su salud.
La adolescencia también se encuentra signada por los gustos, a unos les gustan más unas asignaturas que otras, a veces hay algunas que rechazan por determinados motivos; ante esta situación debemos permanecer alertas con el propósito de redimensionarlos para evitar el fracaso escolar. En cuanto a la selección de sus amistades se pone de manifiesto su espíritu selectivo, y hasta puede despertarse atracción sexual.
En la juventud ya se va alcanzando una mayor madurez, llega el momento de definir la carrera que prefieren estudiar, y se produce un marcado interés por encontrar relaciones estables con vistas a la formación de la familia futura. Para ello se parte del sentido del gusto, de la atracción física, que como punto de partida está bien, pero para lograr la efectividad de este propósito, el gusto no puede quedarse en el aspecto externo: es imprescindible la existencia de una comunidad de sentimientos, intereses, puntos de vista acerca de la vida… en fin todo un conglomerado de afinidades que converjan en sus gustos, y tributen al bienestar.
La adultez se nos presenta como el resultado de la confluencia de nuestros gustos, los cuales no desaparecen, sino que se afianzan y transforman. En esta etapa la familia ocupa el papel rector y aunque los gustos sean los mismos, se producen cambios sustanciales, por ejemplo ante limitaciones económicas, lo que más nos gusta, preferimos dejárselo a hijos, nietos u otros miembros muy queridos; nuestra alma se viste de fiesta cuando lo hacemos, lo cual no quiere decir que renunciemos a nuestros placeres.
A mi modo de ver, los gustos encuentran su máxima expresión cuando después del matrimonio llegan los hijos y posteriormente los nietos. Es ene se espacio donde nos llenamos de regocijo.
Este ha sido mi punto de vista, hay un refrán que dice: “para los gustos se han hecho los colores”. Por tanto podemos hallar diversidad de criterios en cuanto a gustos personales, pero sí considero que debemos coincidir en que es innegable el papel de los gustos en nuestra calidad de vida.
Me he limitado solo a algunos aspectos pues he obviado otros de suma importancia como la naturaleza, la recreación…
Muchas gracias por leer. Quedaré muy agradecido con sus comentarios. Las fotos son de mi propiedad, fueron tomadas de nuestro álbum familiar. Texto traducido al inglés por traductor de Google.
ENGLISH VERSION.
Tastes guide us toward well-being.
Tastes govern our lives practically from birth. From their first contact with the people around them, babies unconsciously reflect feelings of liking or disliking those who approach them. Similarly, we also hear that a baby doesn't like a certain food because, in fact, they reject it, and if it's forced upon them, it can cause nausea and even an upset stomach.
After they begin to talk, it's very easy to determine their tastes and thus try to please them as much as possible so they feel happy. From that moment on, we create a range of possibilities based on their preferences regarding games, foods, places to visit, etc.
This doesn't mean, in my humble opinion, that we should indulge them in everything. The educational aspect must be taken into account to ensure healthy development, especially with regard to audiovisual media, since excessive consumption can cause greater harm, such as induced autism. Children lack risk perception, and since they love dolls or interacting with tablets so much, it's difficult to wean them off this type of activity, so it's up to adults to regulate it. The same is true of food, to protect their health.
Adolescence is also marked by tastes. Some people like some subjects more than others, and sometimes they reject some for specific reasons. In this situation, we must remain vigilant in order to adjust their preferences to avoid academic failure. Their selective nature is evident in their choice of friends, and sexual attraction can even be aroused.
In youth, a greater maturity is reached, the time comes to decide which career path to pursue, and a marked interest in finding stable relationships with a view to forming a future family arises. This begins with a sense of taste and physical attraction, which is a good starting point, but to achieve this goal effectively, taste cannot be limited to external appearances: a shared sense of feelings, interests, points of view on life—in short, a whole conglomeration of an affinity that converge in tastes and contribute to well-being—is essential.
Adulthood presents itself to us as the result of the convergence of our tastes, which don't disappear, but rather strengthen and transform. At this stage, the family takes on the leading role, and although tastes remain the same, substantial changes occur. For example, when faced with financial constraints, we prefer to leave what we like most to our children, grandchildren, or other loved ones. Our souls celebrate when we do so, which doesn't mean we give up our pleasures.
In my view, tastes find their fullest expression when, after marriage, children and subsequently grandchildren arrive. It is in this space where we are filled with joy.
This has been my point of view. There's a saying that goes: "colors are made for all tastes." Therefore, we can find a variety of criteria regarding personal tastes, but I believe we must agree that the role of taste in our quality of life is undeniable.
I have limited myself to only a few aspects because I have omitted other extremely important ones, such as nature and recreation.
Thank you very much for reading. I would be very grateful for your comments. The photos are my own and were taken from our family album. Text translated into English by Google Translate.